Cuando hace unos años entraba yo a trabajar al diario El País por esa puerta de la gloria periodística, pisando alfombras mullidas del periodismo de calidad me llenaba de orgullo y emoción. Ahora anda ese periódico algo desprestigiado y achacoso, señalado por parcial y, por eso, su máximo responsable está de gira por radios y televisiones dando la cara, una cara de hombre de izquierdas (como pretende su periódico), íntegro y honrado. Juan Luis Cebrián sabe que su imperio está en peligro y ha decidido coger el toro por los cuernos. Saldrá victorioso seguro.
Hace tiempo en mi otra etapa en el sector escribí sobre la necesidad de convocar un “gabinete de crisis” como tienen todas las empresas y sectores serios y responsables. Hay que dar la cara cuando las noticias son alarmantes y antes de que nos enmienden la plana. Ofrezcámonos con las manos y el corazón abiertos en canal por la integridad y buenas prácticas. Nosotros no somos culpables de los amaños en el tenis ni en cualquier deporte. Pero los organismos incapaces de controlarlo, empiezan a echar las culpas a nuestra industria. Ya lo dijo Soraya Sáenz de Santamaría hace unos meses: “La culpa de los amaños la tienen las apuestas”; y también Guardiola poco después se subió al carro de esta cobardía.
Y digo yo… Cuando no había industria de apuestas ya había amaños, ¿o no?... Los famosos “maletines en el fútbol” de los que hablaba el inteligentísimo Sacha Michaud. Una enseñanza que en algunos tienen bien tatuada a fuego. Ángel Fernández, “el delfín”, Director de Marketing de Codere Apuestas: “El crecimiento de una industria saludable sólo será posible con la voluntad compartida de las empresas de juego y los gobiernos”… Codere lo sabe, lo trabaja y hace apostolado. Pero el resto del sector calladito y autocomplaciente. Hasta que llegue el susto final.
Igual, Jose Ignacio Cases lo dijo maravillosamente bien hace unos días: “La industria se mira complaciente todos los días en el espejo” y orgullosos de ser tan grandes, tan adinerados y de tenerla más grande que el de al lado no enderezan su marcha por embellecer la imagen que trasladan.
José González Fuentes también lo tiene muy claro. Por eso una y otra vez incide en ello, en el asunto primordial de mimar las redes sociales que pueden hundirte en el barro del desprestigio. Por eso, Juan Luis Cebrián, valiente, ha salido a lidiar con la “mala prensa”, con la huida masiva de lectores y ha hablado de sus miserias y excelencias. A ver nosotros cuando aprendemos porque la falta de responsabilidad y de enfrentarse al problema está llevando a la marginación social y política de la Industria, como diría el Profesor Cases.
Postdata 1. Quo vadis es una frase latina que significa «¿Adónde vas?». La frase está vinculada a una tradición cristiana que gira en torno a San Pedro. De acuerdo con los Hechos de Pedro, el Emperador Nerón en el año 64 comenzó una persecución contra los cristianos. Temeroso de que algo malo le pudiera suceder, Pedro escapa de Roma por la Vía Apia, pero en el camino se encuentra con Jesucristo que iba cargando una cruz. Pedro, al verlo, le pregunta: «Quo vadis Domine» (¿Adónde vas, Señor?) a lo que Cristo contesta: «Romam vado iterum crucifigi» («Voy hacia Roma para ser crucificado de nuevo»). (Wikipedia dixit)
Posdata 2. Y por cierto, y hablando de buen periodismo, veo cierta tendencia a copiar ideas de InfoPlay. Jejejeje…. Me alegro que las innovaciones de nuestra web vayan abriendo y renovando la manera de hacer las cosas en nuestra rancia prensa sectorial.