Según ha informado EFE, la Audiencia de Gipuzkoa ha confirmado la condena a dos años de cárcel a un exempleado que trabajaba como "recaudador" de una empresa de apuestas donostiarra, por sustraer casi 108.000 euros de la compañía, a la que accedió de madrugada "valiéndose de los conocimientos" que tenía acerca de ella.
la Audiencia ha desestimado el recurso contra este fallo interpuesto por la defensa del acusado y ha confirmado todos los términos de la sentencia del Juzgado de lo Penal que le condenó como autor de un delito de robo con fuerza, agravado por la especial gravedad de los hechos atendiendo al valor de lo sustraído y por el uso de disfraz, y con la atenuante de dilaciones indebidas.
Esta resolución impuso al acusado una pena de dos años de prisión y le obligó a compensar a la empresa por el dinero sustraído y los daños causados.
El escrito judicial ahora confirmado explicaba que el robo se produjo sobre las 3.25 horas del 3 de septiembre de 2012, cuando el hombre, que unos días antes había sido despedido "por motivos disciplinarios", accedió a las instalaciones de la compañía por la puerta "sin forzarla y sin causar daños".
El imputado, que llevaba la cabeza cubierta con un pasamontañas oscuro que ocultaba por completo su rostro", se sirvió en su acción "del conocimiento que tenía sobre la ubicación exacta de los sistema de alarma y sobre las claves de seguridad de la empresa" para dirigirse, "sin encender las luces", hasta el lugar en el que se encontraba la central de alarmas e "inutilizarla arrancándola".
"Acto seguido -prosigue el texto judicial-, oscureció el objetivo de una de las cámaras de seguridad que enfocaba hacia la puerta, rociándolo con un aerosol negro que llevaba en el interior de una mochila", tras lo que "arrancó el cableado del ordenador que controlaba otra de las cámaras de vigilancia interior así como la apertura retardada de la máquina recicladora donde se guardaba la recaudación".
Posteriormente, el inculpado utilizó las claves necesarias para "abrir la máquina sin forzarla" y apoderarse de la recaudación, que ascendía a 88.765 euros, así como de otros 19.200 que, al no caber en el citado aparato, estaban guardados en una caja de cartón situada sobre una taquilla.
A continuación, el procesado salió de la empresa con el dinero en su poder a bordo de una furgoneta que la compañía tenía en la modalidad de 'renting', "de cuyas llaves disponía", y que "habitualmente era utilizada por los recaudadores".
"Finalmente, salió del recinto valiéndose de un mando a distancia con el que abrió las vallas" de la empresa, precisa la sentencia.
El documento recuerda que los daños causados en el sistema de alarma, en el cuadro eléctrico del sistema y en el cajetín de la caja recicladora ascendieron a 3.422 euros, y destaca que la furgoneta sustraída no fue localizada hasta tres años mas tarde, aparcada en una calle de San Sebastián.
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