El proyecto de Ley que pretende regular el juego online en Australia -la Interactive Gambling Amendment Bill-, que lleva gestándose desde 2016 ha recibido el visto bueno del Gobernador General de Australia, Peter Cosgrove, por lo que en los próximos días se convertirá en una Ley a todos los efectos. Las consecuencias podrían ser devastadoras para la industria.
La
Interactive Gambling Amendment Bill se aprobó como proyecto de ley el pasado mes de noviembre de 2016 y estaba llamada a solucionar muchos de los problemas que generaba la aplicación de la única ley en vigor sobre juego online, que databa de 2001. Dicho proyecto supone una estricta regulación al sector de las apuestas deportivas y la concesión de licencias en las que los juegos de casino y el poker online no tienen cabida.
La nueva ley desarrolla explícitamente toda la normativa tanto para operadores como jugadores pero no incluye la concesión de licencias de juegos de casino, entre los cuales -y para desgracia de la comunidad de jugadores de poker online del país- han incluido el poker online. Es decir, se da un paso atrás y se vuelve a una situación de prohibición que confirma los movimientos que en los últimos meses han dado los operadores internacionales en el país, como 888poker que decidió abandonar el mercado australiano cuando ya la
Interactive Gambling Amendment Bill tomó el status de proyecto de ley.
Una normativa que no solo afectaba a los apostadores con residencia en Australia sino a cualquier operador de juego online que ofreciera eventos para apostar en territorio australiano. Es el caso del primer Grand Slam del año, el Open de Australia, que hasta hace poco tiempo requería de una autorización especial por parte del Regulador australiano a cada uno de los operadores extranjeros que ofrecían apuestas deportivas al evento.
Con la puesta en marcha de la Interactive Gambling Amendment Bill se espera que los operadores internacionales que durante los últimos meses habían decidido abandonar el país, puedan optar a la licencia de apuestas deportivas y abandonen sus intenciones de ofrecer juegos de casino o poker online. Así pues, muchos de esos operadores quizás ni siquiera optan a tener apuestas a no ser que éste sea su producto principal.
La Industria a nivel internacional considera esta ley como una prohibición de facto tanto del poker online como de los juegos de casino online por lo que parece confirmarse una realidad que llevamos observando hace años: que a pesar del enorme interés de los australianos por el juego, el desarrollo de la actividad en internet se ve fuertemente frenada por el marco legislativo del país.
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