Ya es oficial: un gran casino se inaugurará en 2019 como acaba de confirmar el responsable de la Administración rusa en la región, Sergey Aksenov. El proyecto fue anunciado rápidamente nadamás confirmarse el resultado del referendum auspiciado por Rusia que dió la independencia de Ucrania y su posterior anexión a la Federación Rusa a Crimea. A pesar de no contar con reconocimiento internacional -ya que tanto la Unión Europea como Estados Unidos y la OTAN consideran Crimea como parte de Ucrania y es uno de los grandes puntos de tensión que evitan que se pueda solucionar el conflicto bélico que tiene lugar en las provincias separatistas de Donetsk y Lugansk.
Aksenov ha anunciado a la agencia de noticias TASS que la fecha de apertura del establecimiento sería la de septiembre de 2019. También comentó que a pesar de las sanciones internacionales y de la devaluación del rublo, el proyecto ha contado con fuertes inversores rusos que han conseguido financiar los más de 150 millones de dólares en los que está valorado el proyecto.
A pesar de la prohibición de los casinos físicos en Rusia mediante un decreto ley apoyado por el propio Putin en 2009, desde entonces se han concedido status especiales a cuatro regiones rusas en las que a criterio del gobierno ruso se dan las condiciones para albergar complejos de ocio en los que el juego esté permitido. Una de esas regiones es Sochi y la quinta será Crimea.
La fórmula que ha encontrado Rusia para dinamizar estas zonas y convertirlas en centros turísticos de gran importancia estratégica ha servido para mejorar la economía local, algo sumamente importante en el caso de Crimea que necesita confirmar su viabilidad económica tras convertirse -de facto- en parte de Rusia.
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