El evento, que está en su segunda edición, fue el fruto de varios proyectos relacionados con el pinball. Además de las empresas mencionadas tuvo respaldo sin ánimo de lucro por parte de:
A.R.C.A.D.E., la Associació per la restauració i conservació d'arcades i altres dispositius d'entreteniment, radicada en Hospitalet de Llobregat, que tiene como fines “Promover la difusión, estudio, reconstrucción, mejora, conservación y preservación del hardware empleado en las primeras etapas del ocio electrónico y digital llamadas comúnmente como “máquinas arcade” y/o “pinballs”, y otras máquinas recreativas sin fines lucrativos que forman parte de nuestra herencia cultural".
Retromaniacs: es otro proyecto asociativo sin ánimo de lucro para los amantes del pinball, las consolas de videojuegos antiguas y los arcade clásicos de los salones recreativos.
Foto final:
Entrega del trofeo:
Son juegos que dependen de la habilidad, la rapidez, el control de los nervios (¡mucha gente mirando!) y, sobre todo, mucha pasión, para practicar a fondo y llegar a la excelencia. Eso es lo que hizo el ganador del trofeo de pinball clásico, que también lo fue de máquinas modernas, Roberto Pedroni “LIO”, al que se hizo entrega de un backglass (la lámina del frontal de las máquinas de pinball, con las ilustraciones y los marcadores) firmado por Carlos Romero, antiguo fabricante de pinballs de la ciudad.
En la cita se unieron camaradería, nostalgia y nuevas tecnologías, puntales de la actividad de R. Franco, que con su trayectoria de más de 50 años, concretamente con su comando R. Franco Digital, volvió a encarnar “la esencia del juego”.
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