Mariano Lambert, presidente de la Asociación Provincial Cordobesa de Operadores de Máquinas Recreativas (Aprocomar), da la cara y conversa con el Diario de Córdoba, sobre el momento difícil y de incertidumbre que enfrentan los empresarios. En este sentido, abordó temas como el establecimiento de distancias, suspensión de licencias y eliminación de la publicidad del juego.
Lambert deja claro que se está demonizando al sector, al tratar de generar una imagen radicalmente opuesta a lo que es; y, en contraparte afirma,
“Somos un sitio de ocio y de recreo, para que la gente se tome su cerveza, vea un partido de fútbol, juegue a la maquinita y, si quiere echar una apuesta, que la eche”. En esta línea, es enfático cuando reitera la lucha continua para evitar tanto el acceso de menores como de prohibidos a los locales.
En relación al establecimiento de una distancia mínima de 500 metros entre sus establecimientos y los colegios: por un parte, le preocupa que no tendrían espacio para instalarse; sin embargo, desestima los efectos, pues afirma que en dos años podrían desaparecer la mitad de las salas que existen actualmente, debido a su baja rentabilidad.
Igualmente, califica de ilógica la medida, puesto que desde el mes de junio entrarán en vigor nuevas normativas que implican mayores de controles de acceso y que aquellos incluidos en la lista de prohibidos
“no podrán entrar ni a tomar un café”
Por otro lado, en referencia a la suspensión de licencias, llama la atención sobre las inversiones realizadas y las pequeñas empresas familiares detrás.
Mariano Lambert, también tuvo palabras para la eliminación de la publicidad y expresa que desde la asociación que representan
“están de acuerdo en que se elimine la publicidad”, puesto que les
"perjudica la publicidad de las apuestas en televisión, ya que no tenemos que ver nada con eso, es el Estado, y el Estado no la quita".
"Estamos haciendo de un no problema, un problema y hay mucha gente que vive de esto legalmente y sanamente y que lo que quiere es ayudar", señalan desde la asociación, que insisten en que "ni somos un problema de salud pública ni nuestra actividad» lo es. "Nuestra actividad», añaden, "puede tener un riesgo para algunos colectivos, pero parte de la solución somos nosotros... el juego es una adicción conductual, no es una adicción por sustancias ni que le pase a la gente porque juegue, el juego es un entretenimiento, es ocio".
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