Una empleada de un bar de Son Castelló hacía salir cada cierto tiempo con suma amabilidad a los clientes del establecimiento. A continuación, un compinche se encargaba de desvalijar las monedas de la máquina tragaperras. Agentes de la Policía Nacional la detuvieron por un presunto delito de hurto. Así lo cuenta El Diario de Mallorca.
Tras una investigación para desvelar el misterio, los agentes repararon en el extraño comportamiento de dicha trabajadora. Cuando consideraba que las máquinas tragaperras del local ya albergaban una cantidad importante de dinero, la empleada instaba con buenos modales a la clientela a que saliera a la calle a tomar el fresco.
Este mismo 'modus operandi' lo repitió en sucesivas ocasiones para hacerse con el botín. La cantidad total con la que se llegó a hacer la presunta ladrona no ha sido contabilizada al completo. No obstante, en uno de los golpes la persona a la que le facilitaba el acceso logró hacerse con la cantidad de 1.500 euros.
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