Mientras sigo preguntándome porqué El Confidencial no publicó la rueda de prensa de CEJUEGO sobre la petición de la urgente aprobación del Decreto de Publicidad del Juego, lanzo una reflexión acerca de la información rigurosamente fallida que ayer lanzaba este medio sobre el Director de Ordenación del Juego.
Resultó que ayer El Confidencial publicó un trabajo de Master de unos estudiantes de la Rey Juan Carlos (un uruguayo, un brasileño y un español) bastante poco riguroso en los datos (por ejemplo, no distinguen cosas tan básicas como la cuenta de explotación de juego cuando dicen que GGR son los beneficios cuando son los ingresos) sobre los viajes que “las casas de apuestas” han pagado a Juan Espinosa. El resultado de la investigación han sido tres fotos tan lujuriosas del Director como una posando con un grupo de paseantes, otra agarrándose el sombrero y una más mirando el móvil en un bus turístico.
Pero más allá de que sea irrisorio lo publicado, me temo que se pretende situar a la industria como un sector incómodo, incluso peligroso.
El fin último de estas publicaciones es que las Instituciones aprecien al sector como molesto aunque no sea así (que los congresos paguen los traslados y hoteles a los reguladores es lo más normal en todos los sectores).
Los medios bien alimentados por la publicidad de la ONCE y SELAE han creado una corriente de opinión beligerante con el juego privado y ahora pretenden que los gobiernos se sientan incómodos con el sector. Doble jugada.
Sacar a Juan Espinosa o a Fernando Prats como “pagados” por la Industria convierten al sector en un actor incómodo a ojos de la Administración.
Una consecuencia de esto, es, por ejemplo, el paso de la cartera de Juego en Madrid, de Hacienda a Interior como dando a entender que es un sector que “da problemas”.
Lo que menos necesitamos ahora mismo es atrincherarse, incendiar todo en la prensa con el “y tú más” y por el contrario ser colaborativo e integrador apuntalando la buena reputación de la Industria.
Y desde luego, los reguladores no deberían intimidarse por este tipo de publicaciones porque como bien decía ayer José Ignacio Cases en INFOPLAY "los que hemos pertenecido a la Administracion Pública sabemos lo difícil y complicado que resultaría saltarse los controles establecidos en la Administración Central. Los tres directores generales que ha tenido la DGOJ, pertenecientes cada uno a tres grandes cuerpos de la Administracion han sido personas intachables con las que, tal vez, se puede no coincidir siempre, pero indudablemente han prestigiado al Ministerio de Hacienda".
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