José Ramón Sáinz San Emeterio (ACEO): "Hagamos de la necesidad virtud, y demostremos que no tenemos nada que ocultar"
DISCURSO ÍNTEGRO

Compartimos su discurso íntegro:

Buenos días a los compañeros de mesa, demás intervinientes, así como a todos los asistentes que hoy nos honran con su presencia.

Quisiera agradecer a Femara el hacerme partícipe nuevamente de este relevante acto, aprovechando para darle la enhorabuena, no sólo por lo oportuno de su celebración, sino por dar cumplimiento a un vaticinio que realicé en aquel primer Open Fórum -allá por 2.014-, donde afirmé que estaba seguro que no sería el último, y prueba de ello es que hoy, 8 años después, nos volvemos a concitar, lo que sin duda igualmente acredita que, a pesar de los durísimos momentos vividos especialmente en los últimos tiempos, el Sector del Juego presencial privado ha logrado sobreponerse, resultando muy certero el slogan de este nuevo Open: “estrategias de futuro”.

Voy a enfocar mi intervención desde la perspectiva que me reporta una experiencia vital acuñada durante casi 40 años, sufriendo en mis propias carnes las bondades y vilezas -que también las ha habido- de este Sector, tanto desde el punto de vista empresarial, como del institucional, donde quien les habla -como muchos de ustedes conocen- lleva ostentado la Presidencia de la Asociación de máquinas recreativas de Cantabria desde hace casi 33 años.

Podría decirles que en la última década poco han cambiado las cosas, pero les mentiría, pues sí que han cambiado, y en la mayor parte de los casos a peor, especialmente porque nos encontramos con la mayor crisis reputacional que hemos sufrido, donde determinados grupos políticos y colectivos, al albur de una pandemia casi tan grave como la del COVID, cual es la pandemia de la demagogia, tratan de inocular a la Sociedad la idea de la demonización del Sector del Juego privado, a través de recalcar exclusivamente lo negativo, ocultando lo positivo o si quiera los datos objetivos que sustentan una realidad, poniéndonos a la opinión pública en contra, estando nosotros en la obligación, no sólo de defendernos, sino de alertar a la Sociedad de que están siendo objeto de un vil como soez manipulación, siendo éste uno de los fines a los que debe tender el Sector del Juego para ganar influencia social positiva: la defensa de la verdad frente a la mentira y manipulación. No todo vale en la vida.

A este respecto, permítanme recordarles dos hechos elementales, a veces pretendidamente ocultados: uno, no conozco una sola actividad empresarial o negocio que quiera el mal de sus clientes, salvo las funerarias y éstas últimas por motivos obvios, que todos ustedes sobradamente conocen; y dos, no existen actividades humanas o empresariales neutras que no tengan efectos colaterales indeseados, y el Juego no constituye una excepción, pero matizando a renglón seguido con idéntico rigor, que ello es así siempre que NO se practique con racionalidad y mesura, siendo por tanto, estos últimos requisitos reseñados donde debemos incidir de una manera coordinada y decidida, en aras a proteger nuestro bien más valioso: la salud de nuestros clientes, y en definitiva de la Sociedad.

Para ello, a mi modo de ver, debemos actuar al unísono en dos frentes complementarios: por un lado, debemos adaptar y por ende, acrecentar ese modelo tan especial y genuino de nuestro Sector de relacionarse con las distintas Administraciones, cimentado en la cercanía que da el trato casi diario, pero especialmente en la credibilidad y coherencia de nuestros propios actos, lo que nos ha permitido llegar hasta los centros de decisión políticas y legislativas con un mensaje nítido y en la medida de lo posible unitario, huyendo de histrionismos y excentricidades, consiguiendo en la mayoría de las ocasiones la aprobación de marcos regulatorios que garantizan la sostenibilidad del Sector, tanto en su vertiente económica como singularmente y más relevante, en la social. De nada sirven posturas radicales que generan tensiones con la Administración, pues les puedo asegurar que, a la larga esa política del enfrentamiento, será contraproducente.

Les pongo el ejemplo de Cantabria: nosotros fuimos objeto de una campaña absolutamente “orquestada”, donde sufrimos unos ataques -si me permiten la expresión- “bestiales”, llegándose a decir en una emisora de radio y en franja de máxima audiencia por colectivos vecinales y de padres de alumnos: que invitábamos a “Cola-Cao” a los menores para que jugasen en nuestras máquinas; o donde se presentaron informes “pseudo científicos” que afirmaban sin aportar prueba alguna, que más del 20 % de nuestros menores jugaban en nuestras máquinas; o comentarios de determinados diputados o alcaldes populistas en redes sociales, quienes justificaban la erradicación de máquinas recreativas en locales de hostelería o de juego, salvo en los extrarradios de las poblaciones.

Ante tamañas barbaridades y en ese escenario de intoxicación hostil, con grandes dosis de paciencia, realizando una labor callada pero marcadamente proactiva y especialmente didáctica, aportando datos objetivos y contrastados, donde igualmente -quería reseñarlo- hemos contado con la imprescindible ayuda prestada por nuestra querida compañera de mesa Cristina García y su ingente labor a través del programa “FES”, y singularmente, las sinergias que nos proporcionan las adhesiones de Femara al “Club de Hostelería” -hoy igualmente representado por el Sr. Yzuel- y “CEOE”; finalmente logramos “revertir” dicha situación y hoy tenemos en nuestro Parlamento, cocinándose una nueva Ley de Juego, que previsiblemente verá la luz antes del verano, donde se garantiza ese equilibrio y esa sostenibilidad social que a todos beneficia, tanto Administración, Sociedad, hostelería y empresas de Juego, desterrándose soluciones radicales, carentes de toda lógica, tal y como ha sucedido en Valencia y amenaza con replicarse en otras Comunidades.

Insisto, no ha sido un camino fácil, reconociéndoles que en algunos casos me he llegado a sentir sólo e incomprendido, especialmente al comprobar determinados comportamientos de algunas empresas, que enturbiaron y pusieron en grave riesgo esa buena relación que se mantenía con la propia Administración, lo que a mi modo de ver fue y es un gravísimo error, pues nunca debemos olvidar que la Administración tiene “memoria” y la credibilidad cuesta mucho ganarla pero puede perderse en un solo día, en un sólo acto.

Logrado un marco normativo que dote seguridad a todos los agentes implicados, tampoco debemos dejar de lado otro aspecto que ya ha sido traído a colación y es que el Juego no puede disociarse de la actividad humana, y para ello baste acudir a cualquier Museo de Prehistoria, especialmente el de Cantabria y así nos hacen una visita -discúlpenme, si me estoy pareciendo a nuestro Presidente Revilla-; debiendo ser conscientes de la enorme responsabilidad que tenemos, ya que constituimos un medio de socialización.

En este sentido, quien les habla, tiene por costumbre, que recomiendo a todos los presentes, el acudir a los locales de hostelería o locales de juego, y no sólo observar, sino a preguntar, máxime en un ámbito tan dinámico como el nuestro, donde el componente tecnológico marca el devenir de nuestros productos; y fácilmente podrán comprobar como el juego es una actividad que ayuda al aprendizaje y adaptación de la ciudadanía a las nuevas tecnologías, especialmente de personas con cierta edad, entre las cuales, me incluyo.

Como me dijo uno de mis clientes: “he descubierto con ustedes que las pantallas táctiles no dan calambre”.

Pero igualmente el Juego constituye un medio de integración y de empatía social, donde logramos generar entornos -me lo van a permitir- con un exquisito ambiente lúdico, siendo ésta otra de las principales aspiraciones a la que debemos tender y nunca apartarnos: el divertimento, no el arreglar la vida económicamente a nadie.

Entendamos y defendamos el Sector del Juego como una opción de ocio y esparcimiento más para la Sociedad, dejando suficientemente aclarado que NO todo el juego cumple con dicha función, sino solamente el denominado juego “legal”, debiéndose desterrar el “ilegal”, donde los derechos de los clientes o sus propias vulnerabilidades, quedan postergados a los intereses crematísticos de algunos desalmados, constituyendo esta salvaguarda, como digo, otro de los fines para lograr una mayor aceptación social.

Tal es así que una de las aspiraciones de todo buen empresario de Juego o de hostelería, principal aliado, es la creación de un “ecosistema” de absoluta normalidad, que atienda a las inquietudes y gustos de los clientes, otorgándoles todas las garantías, destacando entre ellas, el tratar de que ese tiempo de entretenimiento sea practicado de manera responsable y cabal, siendo estas últimas aspiraciones donde debemos incidir, pues insisto, la pervivencia de nuestro Sector pasa no sólo por atender sus preferencias, sino por protegerles y cuidarles.

Recientemente en nuestra Comunidad y anteriormente en otras, se ha implantado el control de acceso a locales de juego, singularmente, a Salones y locales de apuestas, lo cual, nos ha supuesto una significativa merma temporal de recaudaciones, lo que sin duda ha prendido el desánimo y la preocupación del Sector, especialmente tras dos años de padecer los duros embates económicos reportados por la maldita pandemia del Covid; pero ello no debe nublarnos las miras de futuro, y debemos cumplir con dicho requisito, no sólo desde el interés, sino desde el más puro convencimiento.

Igualmente, tampoco podemos olvidar que nuestro Sector constituye un modelo de educación del cliente y por ende, de la Sociedad, basado en que quien elija voluntariamente la opción de divertirse jugando, debe ser consciente de que existen unas reglas inquebrantables y obligaciones que debe respetarse para garantizar una paz social basado en buenas prácticas, de tal manera, que si un cliente no está dispuesto a ello, simplemente no puede jugar en nuestras máquinas o entrar en nuestros locales, debiendo dar ejemplo de ello los propios empresarios del Sector.

Y aquí nuevamente debemos de hacer un poco de autocrítica, y muy mal vamos si por un lado preconizamos la implementación de buenas prácticas, así como de políticas de Juego Responsable, y sin embargo por otro, incumplimos normativa de horarios o similares, con tal de ganar mayor cuota de mercado, debiéndose desterrar ese tipo de conductas ventajistas, y la empresa que las cometa, lo siento mucho, se le debe aplicar un serio correctivo, pues ello nos hace un daño reputacional irreparable, al dotar de pretextos a quienes nos atacan careciendo de argumentos.

Acabo ya, animando a todos, a constituirnos en el Sector paradigma en el cumplimiento de políticas de responsabilidad social corporativa, como estándares de la calidad de nuestras empresas y de los servicios que prestamos, donde la transparencia sea santo y seña, pues no debemos olvidar que después de muchas décadas, nos hemos hecho visibles. Hagamos de la necesidad virtud, y demostremos que no tenemos nada que ocultar y que somos otra actividad absolutamente normal y legal tanto o más que cualquier otra, como públicamente declaran nuestros propios empleados -donde por cierto, al menos en mi Comunidad, el empleo femenino supera ya el 43 %- y las propias Administraciones Tributarias, quienes nos califican de contribuyentes “ejemplares”; todo lo cual, nos permitirá mejorar en percepción y aceptación política y social, desterrando la aximetría existente con el mal llamado “Juego Público”.

Muchas gracias de nuevo a todos y provechosa jornada.