Hace pocos días conducía rauda a encontrarme con la Bella, Cristina, Campanilla, reina del juego en La Rioja. Nuestra hada sonriente del sector me concedió el honor de invitarme a compartir una positiva comida con ella. Todo fueron risas, algún suspiro lánguido frente a las perezas que despiertan algunos personajes del sector y brillo en los ojos al hablarme de alguna multinacional asentada en Barcelona. Cristina siente pereza ante algunos trapisondistas sectoriales, enredados en su bucle autocomplaciente, onanistas de sus propios escritos que se autocomentan, se autocitan y autocansan, digo yo...
Con todas las cosas buenas que quedan por hacer… La mirada al infinito, no zancadillearse, no vendernos motos falsas para el auto negocio y autocomplacencia económica. Envidias a flor de piel, latrocinio de ideas, mediocridad, miedo y broza. Intoxicar, toxicidad, exabruptos extemporáneos. La náusea prolongada del hastío y la vacuidad.
PEREZÓN…
Con lo bien que lo pasamos cada día. La camaradería hace relucir nuestra industria. Bienvenidas las ferias sectoriales, los congresos.. todo es alegría del sector que nos enriquece y nos hace dar saltos de vivacidad. Si no, que le pregunten a Cristina, La Bella. No se lo puede ni creer. Esta Industria vale un potosí, sí. Y tenemos que luchar por ella, por nuestra imagen y por la responsabilidad. Digan lo que digan.