Esta simbólica foto que encontré por ahí este fin de semana resulta perfectamente alegórica del limpia, fija y da esplendor que tanto necesita nuestro vapuleado sector. Solo faltaba la noticia de un degüello a las puertas de un salón*. Ya tenemos de todo, según la prensa general: cocaína, heroína, Jack el destripador e Izquierda Unida como pollo sin cabeza y rebosante de prejuicios de manual.
Estos días me sorprendía a mí misma pensando qué tipo de excusa es esa de decir que Madrid no contingenta porque no es la que más tiene. ¿Perdón? Qué tipo de excusa es decir que otros tienen más salones por habitantes. Que Murcia tiene más. Sí, ¿y qué? Precisamente por eso Madrid debería ser ejemplo y no esperar a que pase lo que en esa región evidentemente desmadrada. La prensa se detiene en Madrid, la observa y la señala. Porque Madrid no es Murcia. Es más importante. Por eso debería dar ejemplo. Es como una pelea entre niños excusándose en que el otro lo ha hecho peor. El ‘a mí no me mires’, es un argumento ciertamente pueril y bastante frívolo.
Cataluña (que por cierto ofrece las cifras de recaudación fiscal subiendo el doble que en el resto de España, a pesar de las circunstancias) mientras retoma el asunto del control de entrada, sine die, corta de un tajo especulaciones de posibles proliferaciones.
Donde no se oye nunca nada es en Castilla y León, la encomiable. Y nos intuimos por dónde va en materia de entrada, pero está siendo capaz de convertir cada medida aplicable al sector en una virtud para los dos, para la administración y para la industria. Eso sí que es digno de estudio.
Si cada vez que una Administración al ser inquirida por la prensa ofreciese los datos contrastados con la generación de empleo y los impuestos generados, la opinión pública quizás empezaba a virar y dejar de buscar chivos expiatorios en Salones y Apuestas. ¿Por qué quién es el periodista que no acude cuando cualquier Consejería la convoca para ofrecer datos? ¿Acaso no es este el deber implícito de ambos? La transparencia también es eso.