Muchos de ustedes saben que mi medio y mi equipo estamos consagrados a ofrecer al mundo las excelencias de sus creaciones, sus logros empresariales y a mostrar la cara productiva, positiva y la potencia real de nuestra Industria. Lejos quedamos de dar altavoz a ocurrentes, a políticos incendiarios, a concejales advenedizos, a mindundis que quieren gloria. Y sobre todo huimos de publicar noticias destructivas que dan ideas ponzoñosas a perdidos colectivos que a tientas escarban alentados, por un lado, por la buena fe (en muchos casos) aunque equivocada; y por otro lado, por intereses que desconocemos pero intuimos. Me debo y nos debemos como consigna comunicativa al sector, aunque ahora carezca del arrojo para hacerse notar de manera efectiva, eficiente, ASERTIVA y exitosa.
Anda el sector perdido sobre qué hacer. El sector dividido entre intereses subsectoriales. Si no es unidos, habrá que hacerlo por separado. Nadie conoce mejor la hostelería que los históricos de nuestro sector. Y los salones y bingos tienen en su base a empresarios y fabricantes rigurosos y de éxito. Sabemos donde están las debilidades y el potencial, en conjunto y por separado, ahora toca humildad y arrojo. Pedir colaboración a los que aportan.
Las propuestas son algunas, pero muy pocas las realmente inteligentes. Hay más. La manera de ejecutarlas sola es una. Y no son necesarios grandes nombres de grupos de agencias de comunicación. Hace falta claridad de ideas y una manera de hacerse notar y de ser respetado delineada con un perfecto guión. Una hoja de ruta clarísima. La verdad está de nuestra parte. ¿Por qué resulta tan difícil trasladarla? Es vital saber qué decir, a quién, cómo y dónde. El sector tiene ya grandes interlocutores. Ahora hace falta construir y escribir los argumentos, saber qué comunicar y difundirlos con eficacia y de manera transversal