En medio de la efervescencia navideña, la accesibilidad sin restricciones a la compra de boletos de lotería está generando por primera vez preocupación y críticas ante la prensa generalista. En esta ocasión, además se evidencia el problema callado que tienen los propios vendedores de la ONCE muchos de ellos en terapia de rehabilitación.
Según informa La Razón, Montse Jiménez, una persona que dejó de jugar hace doce años y medio, comparte su experiencia sobre cómo la temporada navideña se convierte en un desafío adicional para quienes luchan contra la ludopatía. En particular, destaca la presencia anticipada de la Lotería de Navidad desde octubre, generando un constante recordatorio de la tentación en diversas instancias diarias.
Montse, quien fue vendedora de cupones de la ONCE, relata cómo su obsesión por el juego creció gradualmente hasta que tuvo que enfrentarse a la realidad de sus deudas en 2011. Aunque ha logrado abstenerse de jugar desde entonces, reconoce que las festividades navideñas representan un desafío especial para los ludópatas, quienes se ven bombardeados por oportunidades de juego en diversos entornos.
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