Curaçao ha dado un paso significativo en la regulación de su industria del juego con la aprobación de la Ordenanza Nacional sobre Juegos de Azar (LOK), que fue adoptada el pasado 17 de diciembre con una votación de 13 a 6 en el Parlamento del país.
La nueva ley, que se espera sea publicada oficialmente en el plazo de una semana y entre en vigor al día siguiente, establece la creación de un nuevo organismo regulador: la Curaçao Gaming Authority. Esta entidad tendrá como responsabilidad supervisar tanto las operaciones B2B como B2C, haciendo cumplir las regulaciones en áreas clave como la protección de los jugadores, la prevención del blanqueo de capitales (AML) y el juego responsable.
Los operadores actuales contarán con un período de transición de 12 meses para adaptar sus operaciones a los nuevos requisitos de cumplimiento. Por otro lado, los nuevos solicitantes de licencias deberán contar con una presencia física en la isla y pasar rigurosos controles de antecedentes.
A pesar de las críticas sobre el poder otorgado al ministro de Finanzas, Javier Silvania, para introducir regulaciones mediante decretos ministeriales, los votos en contra no fueron suficientes para bloquear la aprobación de la ley.
El proyecto de ley llevaba tiempo en preparación y se esperaba que se aprobara en 2023. Sin embargo, fue objeto de varias revisiones tras encontrar oposición tanto en el Parlamento como en el Colegio de Abogados de Curaçao.
Con la aprobación de esta ordenanza, Curaçao busca mejorar su reputación internacional como jurisdicción emisora de licencias de juego. Además, el gobierno espera aumentar los ingresos destinados a programas sociales, incluida la lucha contra la adicción al juego, la pobreza y el apoyo a la educación y el deporte.
En el sistema anterior, había cuatro titulares de Licencias Maestras, quienes podían emitir sub-licencias sin controles claros y bajo sus propias normas. Esta falta de transparencia y la ausencia de una autoridad central contribuyeron a dañar la reputación del país en el sector del juego.
Como parte de los compromisos adquiridos para recibir fondos de rescate del gobierno neerlandés durante la pandemia, Curaçao se comprometió a reformar su industria del juego, dando como resultado la creación de esta nueva legislación.
Con este cambio estructural, Curaçao aspira a ofrecer un entorno de juego más seguro y regulado, fortaleciendo la confianza en el sector y atrayendo inversiones responsables en el mercado del juego.
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