La Seu d'Urgell recurre a la modificación urbanística para limitar la apertura de establecimientos de juego, admitiendo que la ley le impide una prohibición.
El Pleno del Ayuntamiento de La Seu d’Urgell ha acordado, con la unanimidad de todos los grupos políticos (Compromís, Junts, ERC y la CUP), la suspensión de la tramitación de licencias para la apertura de nuevos establecimientos de juego en el municipio. La medida, que tiene una duración máxima de un año, se fundamenta en el inicio de la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Esta acción se produce tras el reciente interés de un operador del sector en establecer un local de juego en la capital del Alt Urgell.
El alcalde, Joan Barrera, ha manifestado que, aunque existe una voluntad política de contención, el Ayuntamiento "no podemos prohibir la instalación de este tipo de locales". Esta declaración subraya que el consistorio debe recurrir a una suspensión de carácter urbanístico —la modificación del PGOU— para abordar un tema cuya regulación es, fundamentalmente, competencia de la Generalitat en materia de juego.
El camino elegido es el de reformar el planeamiento municipal para "limitar las zonas en las que pueden ubicarse".
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