Los apasionados de los juegos antiguos y de las recreativas que habían esperado, durante mucho tiempo, una nueva apertura del Museo del Recreativo Sanahuja vieron su deseo cumplido el pasado sábado 25 de febrero.
Un grupo formado por 130 amantes de la historia del sector del juego en España tuvieron la oportunidad de contemplar las más de 250 máquinas que alberga el Museo del Recreativo Sanahuja, representativas de la trayectoria y evolución de aparatos dedicados al sector del juego, desde finales del siglo XIX hasta nuestros días.
En la entrada principal los visitantes encontraron dos filas de jukebox de diferentes épocas, de los principales fabricantes Ami, Wurlitzer, Seeburg y Rockola. Seguidamente pudieron verse las sinfonolas fabricadas en España de empresas como Gedasa, Petaco e Inder, que daban paso a la zona de slots empezando con máquinas de principios de siglo, auténticas joyas artesanales de madera e hierro realizadas únicamente con componentes mecánicos, pasando por máquinas originales de palanca propias de los años 50 en Chicago, hasta llegar a las clásicas tragaperras fabricadas en España por compañías como Franco, Cirsa y MGA. El recorrido finalizaba con la colección de pinballs y arcades. La zona que, precisamente, despertó mayores recuerdos y en la que la gente pareció divertirse más jugando con todas las máquinas.
El Museo es una iniciativa de Jaume Sanahuja, quién a lo largo de estos años ha ido adquiriendo y recopilando todo tipo de piezas únicas con la ilusión de configurar un pequeño museo, cuya única pretensión –tal como él mismo explica en el libro Del juego al ocio. Historia de las máquinas recreativas–: “es dejar constancia de mi gratitud a los que me precedieron y de aportar mi grano de arena desde mi propia experiencia a todo este mundo que fue, es y sigue siendo mi mundo. Una manera de contribuir al enriquecimiento de la memoria colectiva”.
Jaume Sanahuja ejerció como anfitrión del evento, junto a los miembros de MGA, Artur Porta, director de la División Industrial, y Hugo Gutierrez, responsable técnico, quienes se encargaron de la coordinación del acto y atendieron a los clientes y aficionados del mundo del recreativo, entre los que se hallaban un numeroso grupo de la asociación Retromaniacs.
Fueron muchas las muestras de agradecimiento realizadas por parte de los visitantes, tanto el día del evento como en los posteriores a través de las redes sociales. Todos ellos elogiaron la hospitalidad recibida y valoraron muy positivamente el poder acceder a la colección privada del Museo Sanahuja.
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