Sabemos ya que en las dos Cámaras de Florida -
Representantes y
Senado- se presentaron a principios de este año sendos proyectos de ley completamente diferentes y que llevan varias semanas discutiéndose. Mientras la reforma legislativa del Senado pedía una expansión masiva de los juegos de azar en el estado y que en el tema de las slots habría permitido la autorización de la expansión de las máquinas tragaperras en ocho condados; el
proyecto de ley de la Cámara de Representantes, habría mantenido el statu quo actual del juego en el estado.
En otras palabras, en este segundo caso se habría permitido a los Seminoles continuar ofreciendo
blackjack a cambio de la misma cantidad de $3,000 millones durante los primeros siete años y pero no se habrían añadido máquinas tragaperras en ninguno de los ocho condados donde los votantes habían aprobado previamente la medida.
De aprobarse el primer escenario, sí se se habría permitido a la tribu Seminole ofrecer dados y ruleta en sus casinos por un período de siete años a cambio de 3,000 millones de dólares. Los representantes Seminole indicaron que no negociarían ninguna de las dos propuestas legislativas, ya que tanto en las propuestas de la Cámara como la Senado se les requerían abonar 3,000 millones de dólares sin recibir una compensación suficiente.
Es evidente que el tema de las máquinas tragaperras es el principal obstáculo que neutralizó el éxito de las negociaciones. Y es que a pesar de que los residentes de ocho condados de Florida habían votado previamente a favor de la legalización de las máquinas tragaperras en las instalaciones
Pari-Mutuel; algo que contaba con el apoyo del Senado; la Cámara de Representantes abordó la cuestión de manera más conservadora. Como resultado, la legislatura de Florida está a punto de finalizar otra sesión legislativa más sin alcanzar un acuerdo sobre la industria del juego.
Se espera que el tribunal más importante del estado decida sobre si los condados pueden añadir máquinas tragaperras sin necesidad de obtener el visto bueno de la legislatura. Y es que en la actualidad, las slots son ilegales en el estado si bien las se consideran opciones de juego aceptadas en los condados de Broward y Miami-Dade, así como en los casinos Seminole del sur de Florida.
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