(INE)
Los precios han aumentado un 8,4% en la Comunidad Autónoma desde 2008, y la actividad destruida sigue sin recuperarse. En aquel año el volumen de actividad sobre 100 se situaba en 101,7, el año pasado quedó en un 100,9. Relacionando estos datos podemos decir que el PIB de la región está muy por debajo de lo alcanzado antes de la crisis.
Los números por cápita parecen mejores mirando estos mismos años, de 16.663 a 17.262 euros por extremeño, pero el número se explica en gran parte por la pérdida de población, que ha bajado en 18.000 habitantes.
Los salarios tampoco se recuperan si vemos la evolución de 2008 hasta ahora, ni en términos corrientes ni en relación a la producción en Extremadura. Las nóminas subieron un 2,3 % en 2017, pero quedaron en 8.255,4 millones, y eran 8.750,3 antes de la crisis. Los sueldos son ahora un 48,2% del total del PIB y ahora son un 46,1%.
La Crónica de Badajoz o El Periódico Extremadura han sacado a colación también datos de Eurostat, oficina de estadística comunitaria, y de AIReF, Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal. Las cifras de esta última fuente van en la dirección de las del INE, y destaca que Extremadura crece tanto por años como por trimestres siempre por debajo de la media nacional desde 2014.
Uno de los motivos es la estructura sectorial, con falta de sector privado y de industria, y con un sector servicios poco productivo.
El experto consultado Julián Ramajo, catedrático de Economía Aplicada, ha destacado que “las personas que se están yendo son las más preparadas, que es lo más terrible. Estamos perdiendo talento, gente con una productividad potencial enorme”, y si se consiguiera retenerlos se notaría “a medio y largo plazo”. “Hay que atraer grandes empresas. Igual que ahora estamos hablando del sector turístico, con un acuerdo para atraer grandes parques de ocio, tendría que haber un pacto regional con los grandes partidos, sindicatos y la confederación empresarial para atraer grandes empresas”.
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