En el Campus de la Universidad Carlos III de Madrid se reunieron ayer los autores del libro JUEGO Y SOCIEDAD elaborado por CEJUEGO y la propia Universidad junto a Carlos Lalanda y el Profesor José Antonio Gómez Yáñez. Además de Alejandro Landaluce (director general de CEJUEGO) en la presentación estuvieron acompañados por Juan José Vaquero López, Vicerrector de Política Cientifica de la Universidad Carlos III.
El profesor de Sociología y miembro del Instituto de Política y Gobernanza de la Universidad Carlos III, José Antonio Gómez Yañez comenzó desgranando diversas características de los usuarios en las categorías que comprenden el sector del juego.
Empezando por los sorteos semanales, el educador ha afirmado que sus clientes “son personas de mediana edad y con una elevadísima tasa de recurrencia. Es un sorteo en el que juegan con números abonados en muchas ocasiones” añadiendo, que “curiosamente muchos de ellos no suelen jugar a ninguna otra cosa”.
La recurrencia es también uno de los factores que definen las loterías primitivas y cuyos usuarios son “personas maduras; hombres y mujeres, de todos los sectores sociales” ha explicado.
Un caso completamente opuesto es el de los juegos de la ONCE, definidos como “el reverso de los de la SELAE” y que se plantea como “una alternativa más barata, sus usuarios son de unos estatus sociales medios o bajos; existe un cierto sesgo hacia estatus sociales altos o medio-altos”.
La ONCE además ha protagonizado una de las grandes novedades de este pasado año con sus loterías instantáneas, “están atrayendo principalmente a los jóvenes. El 9,1% de la población o el 20 o 30% de los mayores de 25 años recuerdan haber jugado en algún momento alguna lotería instantánea de la ONCE” ha aseverado Gómez.
En este momento, el tema de la exposición ha virado hacía desmentir ciertos mitos que están dañando la imagen del sector y para ello ha afirmado que “se suele decir que cuando hay crisis se juega más, yo digo que no. Cuando hay crisis, se juega menos por el sencillo motivo de que se puede prescindir del gasto del juego. Dejas de gastarte 10 o 20€ semanales en loterías u otros juegos y ya está”.
En esa misma línea, también ha asegurado con rotundidad que “también se dice que las personas de estatus medio-bajo o bajo, juegan más, no es verdad. Esas personas o no juegan, porque no tienen dinero para hacerlo, o si juegan lo hacen sólo a juegos de ilusión muy concretos y con una gran duración”.
Este tipo de juegos que menciona, los de ilusión, son según sus palabras, “aquellos que con cantidades muy pequeñas, de 1, 2 o 3€, puedes, sino solucionarte la vida, que a veces pasa, puedes poner algún remiendo a una situación económica”.
Tras este impasse, el profesor de la UC3M ha continuado esgrimiendo las características definitorias de los públicos en los juegos, en este caso, las quinielas y las apuestas deportivas. “La quiniela está perdiendo clientes con respecto a las apuestas, pero no es por un motivo directo. La razón está más cerca de que los clubes atienden más a los derechos de imagen que al dinero que les pueda dar la quiniela”, añadiendo que “ya no tiene un gran atractivo para los clubes de fútbol, lo que han hecho simplemente es destrozar la jornada del domingo por la tarde y ya nadie podrá jugar a la quiniela, sólo las peñas y las personas muy especializadas o aficionadas, se ha convertido en un juego de nicho”.
Por otra parte, “las apuestas deportivas se han convertido en el juego de los aficionados del fútbol. Son personas normalmente jóvenes, se diferencian internamente bastante pero que a veces tienden a saber bastante de su deporte y por tanto tienden a acertar las apuestas”. Además del propio beneficio económico, la motivación está más enfocada a “ser reconocidos como que saben de deporte porque están apostando”.
Con respecto a los juegos de sala, como pueden ser los casinos o los bingos, se abre también una vía social, “se ha reiterado uno año tras otro en este estudio son que la gente va porque les atrae la posibilidad de encontrarse con amigos y conocidos. Porque jugar una partida de bingos, para muchos matrimonios de jubilados, para muchas viudas, consiste en la ocasión de poder hablar con otras personas” adicionando que, “son juegos que atraen algo menos del 10% de la población española y cada uno de ellos, a generaciones bastante distintas de ciudadanos”.
Para cerrar el estudio del sector en el aspecto físico ha tratado las máquinas de hostelería, “son personas habitualmente asiduas cuya motivación es sentirse atraídas por dominar la máquina y que les sonría la fortuna. Lo que proporciona las máquinas es la posibilidad de echar varias vueltas a ver si toca, si toca, te tomas un café y si no toca, sales por la puerta totalmente tranquilo porque no has perdido prácticamente nada”.
Ya en el mundo digital, José Antonio Gómez ha esgrimido que “en España, aproximadamente, 1.300.000 personas entraron el año pasado en alguna web para jugar a algo. De ellos, más de la mitad entraron sólo una vez al mes, una vez algún mes o varios meses. Menos de la cuarta parte entró entre nueve y doce veces en una web de juego online. Son muy pocas personas las que han adquirido el hábito de jugar online y también es un hábito que se puede perder fácilmente”. Una tendencia que califica de racional, “el juego por Internet cada vez se racionaliza más, pasada la novedad, las cosas se asientan”.
Uno de los aspectos más peliagudos es el de las pérdidas económicas sufridas por sus usuarios, algo que según se extrae del estudio, “casi el 95% de las pérdidas se deben considerar como el coste de la entrada a un espectáculo. Se sabe que, para tener un rato de disfrute, cuesta dinero. Lo que hacen los clientes es controlar el dinero que se gastan y considerarlo como el coste de ir a un espectáculo o un parque de atracciones”.
A pesar de la mala prensa recibida en este sector, España es uno de los países con mejor salud en cuanto a la tasa de juego problemático, “en los últimos 30 años se están dando cada vez tasas de juego problemático más bajas. Desde el 1% que se daba en los 90 hasta el actual 0 o 0,2%” ha afirmado, para posteriormente reforzar estos grandes datos, “a día de hoy, en España hay menos de 7.000 personas que tienen problemas con el juego. Son unos datos del Ministerio de Sanidad. Equivale a un 3% de entre las personas que tienen algún tipo de adicción”.
Estas cifras tan positivas, ha concluido el sociólogo, son un gran éxito en el aspecto de la regulación por parte de las administraciones y también gracias a la responsabilidad de las empresas”.
La segunda parte de la presentación del libro “Juego y Sociedad” ha tenido como protagonista a Alejandro Landaluce, director general de CEJUEGO que ha respaldado todo lo expuesto con anterioridad.
Uno de los principales valores que atesora el estudio de reciente publicación es que al contar con una tasa de encuestados tan alta, “muestra el fiel reflejo de lo que ocurre” a diferencia de según sus declaraciones, “ciertas informaciones que se leen o datos que se escuchan desde encuestas muy pequeñas y que hacen que los estudios sean muy poco fiables”.
Ha querido también resaltar el “placer, diversión y distracción” que ofrecen estos juegos como denominador común, “además de las motivaciones sociales y el obvio de ganar un premio” ha añadido, calificándolo de “fundamental”.
La baja tasa de juego problemático ha sido el último punto que ha tratado, en un tono de satisfacción ha aseverado que “en España hay menos de 7.000 personas con problemas diagnosticadas y tratadas, un dato con el que hay que sacar pecho” aunque no se conforma, ha explicado también que “aunque vemos con satisfacción esa tasa de un 0,3%, estamos sensibilizados para que esa cifra no aumente”.
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