Había quedado con Alejandro Landaluce en el hotel más bonito de Madrid el viernes recién llegada de Londres. Pero hacía poco habíamos publicado la noticia de la muerte de Alfonso Palomares y llegaban notas de condolencia que iba gestionando compungida y agradecida. Resurreción Sáez, la que fuera Directora de Juego de La Rioja, escribió en InfoPlay para mostrar su pésame a la familia. Ella y muchos otros reconocidos empresarios de nuestra Industria quisieron hacer visible su tristeza ese día… yo deseaba de corazón que sirviera de consuelo en el día más frío y húmedo del invierno.
Mientras, allí estábamos los dos afrontando el devenir de un año que se espera tumultuoso y acuciado por el aterrizaje de los juegos de la ONCE en terrenos ya conquistados por la Industria y con las mil vicisitudes que afrontar cada día.
Alejandro Landaluce, (mi 007 particular), tiene importantes casos por resolver, la ONCE y sus derivados no le permitirán saborear las mieles de éxitos conquistados hasta ahora. El 2016 ha sido un período de logros para CEJUEGO y a Alejandro se le nota bregado y aprendido. (No hace mucho
Juan Lao me hacía saber lo contento que estaba con su gestión, pero eso ya se lo contaré otro día con más detenimiento).
Cuando pensé un lugar para entrevistar a Alejandro sólo pude unir su imagen aristocrática a entorno tan noble. Serpentea y se desliza entre nobles lámparas y terciopelos como ante parajes más desolados como enfrentarse, por ejemplo, a los coriáceos de
Bildu. Pero me parece un todoterreno y lo está demostrando con la cabeza fría y enhebrando al sector con políticos correosos. Me cuenta que se le han caído, para bien, algunos mitos conociendo a personajes singulares a los que sólo les hace falta pedagogía (…y humildad, digo yo).
Después, desde las gruesas alfombras, asimilo los recién vividos avatares de la Feria de Londres.
El
Profesor Graf rodeado de guardaespaldas a punto de salir del pabellón y hablando con
Manuel Torres… Sí… No nos permitieron inmortalizar el momento (“no press”, decían, que en inglés tiene esta doble acepción tan inoportuna…).
Paul Gauselmann subiendo a la carrera la escalera enmoquetada del dorado stand de Merkur, directo al Olimpo, al pódium de los triunfadores en la Pérfida Albión. Vi más mustios a
Kirol; crecidísimos a
Ortiz Gaming con el stand siempre abarrotado de clientes que acariciaban sus esbeltas máquinas; a
R Franco, imbatible, con
Jesús al 100% felicitado y abrazado por todos; a
Zitro con un ejército de bellas
Bryke,
Sebastián Salat sacando pecho con razón y presumiendo de uno de los stands más sugerentes y visitados de Londres; un vivísimo
Metronia que concentró las primeras visitas de los españoles (a las doce del primer día ya había pasado por allí toda la prensa sectorial para saludar a
Félix Sánchez); me embelesé con las atractivas Ruletas de
Gold Club; seguí a
Lluis Cabré mostrando los prodigios de Alfastreet; reí con
Darek Borowiec desde Bally Wulff, aún dolorido y malherido; y disfruté con
Carlos Chacón que pisa tranquilo, …sólo tenía que dejarse llevar rozando con los dedos la gloria de unas máquinas perfectas.
Y así todo.
Llegamos a Madrid con el helado tajo de la muerte en los huesos que me hacían rememorar una gran cena organizada por
Europer en Barcelona donde compartí escenario con
Alfonso Palomares recogiendo un premio. Creo que fue lo mejor de la noche.