Es un placer compartir con todos ustedes el escrito y la reflexión de DAVID PARRA en estos tiempos difíciles para todos. El Jefe de Ventas para Salones de Bally Wulff nos invita a perdonar y a seguir todos juntos, luchando por la recuperación de todo el país y de una sociedad solidaria que necesita apoyos de la administración y del tejido industrial.
Es hora de tender la mano
(El débil no puede perdonar. El perdón es un atributo de los fuertes (Mahatma Gandhi))
2019 se presentó como un año en el que íbamos a sufrir un estigma social. Ese estigma, falso por otro lado, estaba dirigido por una clase política que había detectado un buen saco de votos al atacar al sector del juego. Creo y pienso que no soy el único que lo hace, que no cuantificamos correctamente la medida de dichas acciones y el emisario de las mismas. Desde la izquierda, desde el centro, desde la derecha y por supuesto, desde los extremos (a uno y a otro lado), recibimos ataques infundados, interesados, bien dirigidos y coordinados.
El sector se puso en pie, elevó la barbilla y miró al frente con determinación. No había nada de qué avergonzarse y sí mucho de lo que enorgullecerse. Presentó batalla. Contra las mentiras: la verdad. Contra la desinformación: datos. Contra el acoso: cercanía y ganas de trabajar. Esta actitud hizo que en ciertas regiones se produjera un viraje hacia nuevas leyes que si bien, eran más restrictivas que las que ya teníamos, no bloqueaban la actividad. Todo fue así hasta llegar a la Comunidad Valenciana que lanzó unos mensajes que de cumplirse, abocaría al cierre de la gran mayoría de empresas operadoras. Este escenario supondría perder miles de empleos y cientos de millones de euros por recaudación de impuestos para la Administración.
La situación que ahora vivimos con el Coronavirus, donde todo el sector o en su mayoría, se ve abocado a un cierre temporal, teniéndose que acogerse a ERTEs, despidos, cierres... que si bien, es una malísima noticia, creo sinceramente que es una muestra de lo que pasaría si este tipo de medidas (me refiero a la nueva Ley del Juego de la Comunidad Valenciana que se está tramitando) sale adelante. Y es aquí donde quiero centrarme: en el efecto que produce en la sociedad el cierre de todo un sector. Del impacto económico que esto supone para las arcas públicas y de los costes sociales que tendría para la Administración.
Ya no hace falta imaginárselo. Ya lo tenemos aquí. Y yo me pregunto, ¿no sería ahora un buen momento para perdonar tanta ofensa, tanta mentira? ¿no debiera el sector volver a acercarse a la Administración y por enésima vez, ofrecer su colaboración para salir de esta crisis? ¿no sería imprudente e incluso suicida para la Administración no recular en esas acciones que castiguen aún más a la sociedad?
Tiempos para la reflexión, el acercamiento de posturas y de remar fuerte, muy fuerte, pero todos en la misma dirección.
David Parra
Sales Manager Arcade en BALLY WULFF Games & Entertainment GmbH
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