La evidencia es rotunda: el cerco al juego legal a través de regulaciones que estrangulan la actividad da pie a la proliferación de juego clandestino. Hay una demanda de juego y de ocio y hay que responder con un juego controlado, regulado y con el compromiso de empresas solventes que dan la cara a través de altísimos impuestos y una contribución a la economía insustituible.
Esta página web utiliza cookies propias y de terceros, estadísticas y de marketing, con la finalidad de mejorar nuestros servicios y mostrarle información relacionada con sus preferencias, a través del análisis de sus hábitos de navegación. Del mismo modo, este sitio alberga web beacons, que tienen una finalidad similar a la de las cookies. Tanto las cookies como los beacons no se descargarán sin que lo haya aceptado previamente pulsando el botón de aceptación.