El bingo, afortunadamente, sigue en permanente desarrollo y las nuevas tecnologías permiten diferentes modelos que auguran un futuro prometedor para este juego que renace con fuerza cuando muchos empresarios de salas más lo necesitan.
Hemos pasado sin solución de continuidad de los videobingos al bingo electrónico, dos productos que continúan ofreciendo buenos resultados en general, y venimos hablando desde hace un tiempo del bingo electrónico de sala (BeS). Del bingo electrónico, ya asentado en buena parte del país con dos redes de ámbito nacional, una de ellas de Metronia, y otra local, ya hemos visto su enorme potencial a partir de la interconexión entre terminales, salas y CCAA. Este es un producto en fase de expansión mientras que el BeS está en sus inicios.
Pero, ¿qué es el bingo electrónico de sala? Estamos ante un avance más en el desarrollo del bingo, y es un producto que, aún denominándose de diferente manera según sea la comunidad autónoma donde se ha autorizado, tiene como eje de su definición las características del bingo tradicional y del bingo electrónico. Es un juego mixto que se juega con cartones físicos y virtuales, con tachado de números a mano o en el terminal. Lo fundamental es que se trata de la misma partida, jugada en la misma sala y de las dos maneras citadas.
Nosotros en Metronia venimos operando con buenos resultados el bingo electrónico de sala en Canarias, a partir de un proyecto que denominamos bingo Sideral. Pero hay otros en activo, como el ePlus del País Vasco o el inminente bingo Dinámico en la Comunidad de Madrid, donde tenemos puestas muchas expectativas.
Bien, a partir de ahora asistiremos a especificidades propias del BeS según se vaya autorizando: en unos casos se podrán elegir los números por parte del jugador, los cartones con los números deseados, jugar al precio rebajado del cartón (con menor porcentaje de premio, claro)… y se podrá imprimir o no los cartones en la sala.
Como viene ocurriendo históricamente, el juego en España sufre la falta de uniformidad regulatoria. No sé si es una pena o si la ley de unidad de mercado es tan buena como algunos predican. Da igual, nosotros los fabricantes estamos obligados a crear los juegos que nos dejan y en las condiciones que el regulador dicta –muchas veces a instancia de las asociaciones, no se nos olvide- y con la fiscalidad que l autoridad fija.
Y como estamos ante un innovador producto, a mi entender de formidable impacto, nos toca ofrecer a nuestros clientes un bingo electrónico de sala adaptado a las exigencias regulatorias, tecnológicamente avanzado y de gran atractivo para que los jugadores disfruten jugando y ganando en las salas de bingo renovadas y con los mejores alicientes posibles del mercado. ¿Quién decía que el bingo no tenía futuro?