El equipo nacional italiano no solo ha decepcionado a sus millones de aficionados, sino también a miles de apostadores. Quedó de manifesto en el partido de vuelta de la eliminatoria final ante Suecia que decidía qué equipo -Italia o Suecia- lograba su clasificación: el 76% de los apostadores de la red Microgame había apostado al equipo italiano, cuyo triunfo se pagaba a cuota 2,30. La confianza era incondicional a pesar de las estadísticas que apuntaban al equipo escandinavo era un oponente terrible fuera de casa ya que no perdía desde septiembre de 2015.
Además del enorme impacto que tendrá en el próximo verano desde todos los puntos de vista: restauración, patrocinios, elementos promocionales propios de los grandes eventos deportivos, hasta 400 millones de euros es la cantidad que se estima se dejarán de ganar en el sector de las apuestas deportivas, que seguramente no viva un verano demasiado activo en Italia tras la no presencia de su equipo en el Mundial.
Según las estimaciones publicadas por la agencia de juego italiana Agipronews, es probable para este último trimestre del año, además, los resultados de las casas de apuestas operando en italia se resientan de este resultado obtenido contra Suecia.
Por supuesto, son estimaciones pero en la industria hay una clara preocupación, hasta tal punto que las empresas de apuestas italianas han convocado una mesa urgente para tratar el tema. Y es que se prevee que la caída debería alcanzar el 40% en el volumen de apuestas en comparación con la Euro 2016 (250 millones de apuestas) y la Copa Mundial en Brasil en 2014 (267 fueron los millones apostados).
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