La fiscalidad se había convertido en uno de los argumentos clave que explicaron el bajo rendimiento del poker online tras el mercado regulado, en 2012. Y es que Hacienda fue clara al respecto y fueron notorias medidas contra jugadores de poker que fueron avisados y mediante inspecciones fueron despojados de gran parte de sus beneficios previos a 2012 en las mesas de poker y otros juegos online.
La realidad actual es que varias sentencias de segunda instancia dan la razón a los jugadores que reclamaban que compensar pérdidas debía ser una posibilidad permitida por el Tesoro Público con anterioridad a 2012. Dichas sentencias están fallando en contra de Hacienda y estableciendo que las pérdidas obtenidas por los juegos online pueden utilizarse para compensar el beneficio obtenido limitando así la base imponible sobre la que deben tributar, incluso por operaciones realizadas antes de que esta posibilidad fuera contemplada legalmente en 2012.
Los dictámenes judiciales abren la puerta a que quienes recurrieron un pago de impuestos excesivo sean resarcidos por la Agencia Tributaria. En este caso estarían casos como los del
maestro internacional de ajedrez Paco Vallejo, cuyo testimonio sirvió para dar visibilidad a un problema con el que los jugadores de poker online han estado lidiando desde hace casi siete años.
Actualmente, los ingresos logrados mediante la participación en juegos, ya sea de forma presencial o a través de internet, tienen la consideración de
variaciones en el valor del patrimonio por lo que los contribuyentes españoles deben reflejar en su declaración del
Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) dichos incrementos. Sin embargo, hasta hace seis años la normativa no contempló que los jugadores online pudieran compensar los beneficios logrados restando las pérdidas sufridas para rebajar el monto sobre el que se les grava. El cambio entró en vigor el 1 de enero de 2012 con la aprobación de la Ley 16/2012.
Hasta ese momento,
el régimen fiscal de las pérdidas sufridas en el juego online venía regulado en el artículo 33.5 de la Ley del IRPF, que establecía que los quebrantos sufridos en el juego online no podían ser computados como pérdidas patrimoniales en la declaración del contribuyente.
A partir del cambio legal, los jugadores podían ya deducir sus pérdidas. Así por ejemplo si ganaban 1.000 euros en una sala de poker online pero perdía 300 en entradas a torneos ese mismo año, solo debía tributar por los 700 euros de beneficio neto. La
Agencia Tributaria ha venido sosteniendo desde entonces, sin embargo, que solo las operaciones realizadas a partir de 2012 pueden beneficiarse de la nueva legislación. Ahora, los jueces le han quitado la razón, fallando a favor de los contribuyentes que recurrieron.
Fuente:
Cinco Días
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