En una época donde las series de televisión compiten con las grandes producciones de Hollywood en prestigio, guiones y elenco de protagonistas, el nivel de exigencia para lanzar una película que adapte un éxito editorial como es el caso de
Molly´s Game es muy alto. Así que si además esta película tiene en el juego del poker uno de sus temas principales, la verdad es que la convierte en un caso de estudio sumamente interesante para nuestro sector.
James Bond en
Casino Royale o los protagonistas de
Rounders, han acercado el poker a las grandes pantallas de forma bastante adecuada, llegando a convertirlo en un género en sí mismo, algo que desde hace décadas sucede con las películas que tienen a Las Vegas como principal escenario. Otros clásicos como
Cincinatti Kid también han hecho mucho por dar popularidad al poker. Sin embargo una dramatización de la vida de
Molly Bloom, la protagonista de esta película del poker más exclusivo y fuera de los casinos, en el que grandes fortunas se juegan su dinero en ambientes un poco "underground", nos genera más dudas a la hora de considerar si esta clase de películas son buenas o malas para el poker.
Es cierto que el poker tiene en su misma esencia -que en el transcurso de una partida todo pueda cambiar de forma drástica por apenas un detalle como pueda ser una carta- un fuerte componente argumental que lo convierte en perfecto para películas de gran alcance. Sin embargo, con
Molly´s Game vemos que principalmente lo que hace Hollywood es tratar a toda una actividad e industria (el poker y el juego) de una forma demasiado comercial y partidista. Es exactamente el mismo trato que ha llevado al mundo de la Bolsa, los brokers y Wall Street a convertirse en un tema recurrente para Hollywood en el que únicamente se potencian los aspectos más "dramáticos" y negativos del sector financiero. En este caso, el mundo de los casinos, las partidas de cartas, los jugadores de poker y Las Vegas se parodian casi hasta el extremo para desvirtuar irremediablemente esta actividad.
Aunque películas como
The Cincinnati Kid (1965), con el icónico Steve McQueen,
Rounders (1998) con Matt Damon, Edward Norton y John Malkovich hayan popularizado las partidas "privadas" y mezclado la emoción del propio juego con estilos de vida hechos por y para el juego, la verdad es que la representación del póker en las películas de Hollywood está bastante alejada de la realidad, y
Molly´s Game pone en acento en una práctica muy minoritaria y que en el contexto de Estados Unidos puede llegar a relacionarse con un contexto de prohibición similar al de la "Ley Seca".
Casino Royale aumenta la apuesta por el glamour en el mundo del juego y también sirve a
Molly´s Game para contextualizar cómo hombres de negocios pueden reunirse en partidas multimillonarias, pero como sucede en títulos como
Money Monster (George Clooney y Julia Roberts),
La gran apuesta (Christian Bale y Ryan Gosling), o sobretido
El Lobo de Wall Street (Leonardo DiCaprio), la película
Molly´s Game se centra en una de las caras más negativas del juego, incolucrando aspectos de la vida personal de los protagonistas e insistiendo en el hecho que estas historias están inspiradas en una vida real, de carne y hueso.
Evidentemente,
Molly´s Game no pondrá patas arriba todo el sector del poker ni afectará al reputado sector del poker presencial en Estados Unidos, sin embargo no deja de ser un ejemplo de película que aunque aparentemente tenga al poker como principal elemento que sirve de hilo argumental, incide en él de una forma que no es la más adecuada.
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