Codere ha emitido una señal de alarma al convocar a sus acreedores en un intento por reestructurar su abultada deuda. Según informa El Confidencial, la empresa, controlada por los fondos Davidson Kemper, Jupiter y Prudential, ha tomado medidas desesperadas después de registrar pérdidas superiores a los 500 millones de euros en el último año.
La firma ha contratado a Houlihan Lokey y Allen & Overy como asesores financieros y legales, respectivamente, con la esperanza de evitar un proceso de insolvencia. Según fuentes cercanas a la operación, Codere está considerando una reestructuración profunda después de que los intentos previos no hayan tenido el efecto deseado.
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