Los datos muestran un perfil de jugador muy vinculado a la tradición. Las loterías convencionales siguen siendo las más populares. El informe apunta a que estas formas de juego, a menudo normalizadas culturalmente, siguen siendo vistas como un entretenimiento inocuo, aunque no exento de posibles riesgos si no se practica con responsabilidad.
La edición más reciente del Informe sobre Adicciones Comportamentales y Otros Trastornos Adictivos 2024, publicado por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA), revela una clara tendencia en el perfil del jugador español: la lotería tradicional y las apuestas de quiniela siguen siendo el tipo de juego de azar más practicado en España. En concreto, el 90,4% de quienes han jugado en los últimos 12 meses lo han hecho en esta modalidad, clasificada como “Tipo I”.
Esta categoría incluye juegos tan populares como la Lotería Primitiva, la Bonoloto, los cupones de la ONCE, el Eurojackpot o las quinielas de fútbol, además de concursos televisivos o de prensa con apuestas económicas. En comparación, las loterías instantáneas, como los populares "rascas", y el bingo (Tipo II) registraron una participación del 30,6%, mientras que las apuestas deportivas, juegos de cartas como el póker o el blackjack, y las máquinas de azar (Tipo III) fueron practicadas solo por el 9,4% de los jugadores.
La prevalencia del juego en España, según la Encuesta EDADES, ha disminuido levemente respecto a años anteriores: el 53,8% de la población de 15 a 64 años ha jugado en el último año, lo que marca una continuación del descenso iniciado en 2022. Además, el juego presencial sigue siendo la vía más común (52,9%) frente al 5,5% que lo hace online.
El gasto sigue siendo moderado para la mayoría de los jugadores. Más del 69% de quienes participan en juegos de tipo I o II gastan menos de 30 euros en una sola sesión. En cambio, los jugadores de tipo III, aunque menos frecuentes, tienden a apostar cantidades mayores: un 16,5% llega a gastar entre 61 y 300 euros en un solo día, y un 5,6% supera los 300 euros.
Los datos muestran un perfil de jugador muy vinculado a la tradición. Las loterías convencionales siguen siendo las más populares. El informe apunta a que estas formas de juego, a menudo normalizadas culturalmente, siguen siendo vistas como un entretenimiento inocuo, aunque no exento de posibles riesgos si no se practica con responsabilidad.
El informe subraya también la necesidad de vigilar estos comportamientos desde una óptica de salud pública. Aunque los juegos tipo I y II concentran la mayor parte del juego en España, las apuestas deportivas y el juego online presentan mayores riesgos de desarrollo de trastornos de juego, especialmente entre los jóvenes y los hombres menores de 34 años.
El Plan Nacional sobre Drogas insiste en la necesidad de campañas de prevención que no solo aborden las nuevas formas de juego online, sino que también recuerden que la normalización social de juegos como los rascas o las quinielas puede invisibilizar sus riesgos potenciales.
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