“Planificar antes de que vengan Sanidad o Servicios Sociales y nos encontremos con verdaderas medidas restrictivas”

García Campos, armado con los completos datos del anuario de la Fundación CODERE, nos trasladó la necesidad de que la industria busque la continuidad, sin por ello ser endogámica, que no lo es, dijo, como demuestra la presencia de nuevos actores foráneos a los que se ha dado la bienvenida. Contra esa continuidad y seguridad para todos, explicó, están los posibles “buitres”, “reptiles”, “esquilmadores”... Se trata de dejar, a esos sí, fuera de juego.

Reconoció el Secretario General de FEMARA el control especial del sector, necesario y basado en imperativos legales y que incluye por ejemplo la tasa fiscal en función de los rendimientos, o de los presupuestos generales del estado.

Pero contra ese control, explicó, aparecieron ciertos actores en internet, que hicieron clientes y se beneficiaron cuando el juego online era, remarcó García Campos, no alegal, sino “ilegal”, ya que no había ninguna norma marco. Se les impuso después un peaje tributario, “¿pero quién puede quitar las ventajas que obtuvieron esas empresas ilegales?”

La asociación por boca de Campos se ha declarado a menudo explícitamente contraria a la contingentación. Sí están a favor de “equilibrio, armonización y normalización” y él asegura que es “imposible” que la campaña descrita por el Director General de Tributos de Madrid provenga del juego tradicional, donde los distintos subsectores llevan “cuarenta años conviviendo pacíficamente”. Ni siquiera cuando comenzó el juego online hubo mala convivencia, sin embargo ahora “se está quebrando”.

Campos pidió planificación para proteger el juego presencial, como la que hay en la industria ganadera cuando limita la leche a producir, el número de farmacias, la pesca... “Muchas actividades están planificadas y se ve con absoluta normalidad. Queremos lo mismo para el juego”. Cree que sí puede haber una “situación previa a una burbuja económica” en Madrid, con la apertura de 50 salones en 2017, “una burbuja sustentada por cierta euforia irracional”. Y recordó: “Las burbujas no se desinflan, estallan”. Para evitarlo, dijo, el sector necesita una “planificación conjunta” de los subsectores.

Por su parte, el profesor Gómez Yáñez, ya conocido por todos por sus estudios sobre juego y su asesoría en este sentido para la Fundación CODERE, relacionó los problemas actuales del sector con un cambio general que afecta a todo el sector minorista a raíz de la crisis económica, con las cadenas y las franquicias. La prensa, refiriéndose a las noticias que analizaba Prats como parte de una campaña, siempre tiende a dar una imagen negativa, no solo del juego sino de otros negocios presenciales como las clínicas dentales o las de cirugía ocular, destacando casos de error. Las causas para Gómez Yáñez son bien distintas a la que apuntaba Prats (aunque Gómez no negó explícitamente la campaña): pesimismo general en las noticias y necesidad de encontrar historias rápidamente, motivo por el que incluso “se inventan el problema”.

Los casinos y los salones compiten entre sí, preocupados porque se estén comiendo su territorio, y la hostelería compite con los salones, dijo, lo que hace que el sector busque regulación.

Citó para justificar sus conclusiones el barómetro de ANESAR o los estudios de la Fundación CODERE (anima a todo el sector a usar esos datos para defender su imagen): la sociedad tiende a alarmarse aunque los datos de juego responsable son buenos en nuestro país. Para evitarlo hay que adelantarse al problema trabajando el contacto con los medios (puso el ejemplo de la política de imagen de Coca Cola ante campañas negativas), controlando la información y planificando, porque si no, avisó, “vendrán otros administradores de Asuntos Sociales o de Sanidad y entonces sí se van a encontrar con verdaderas medidas restrictivas”.

Dice Gómez Yáñez que es “imposible” que un menor entre en un casino, y “muy difícil” que entre en un salón de juego, al contrario de lo que dice la reciente encuesta publicada por el Ministerio.

Se mostró satisfecho Gómez Yáñez de que “el sector del juego no está normalizado, es normal. Y lo es gracias a sus clientes”, que él ve en primera persona en El Carmen y Canillejas, entre otras zonas: hay cada vez más asistencia y una “diversificación del público”: según las salas se reúne gente de unas edades u otras, unas etnias u otras, aficionados a distintos juegos... una segmentación espontánea.

Lo que sí preocupa según Gómez es la situación general de los clásicos autónomos de la hostelería española, y que las salas son llamativas, muy visibles... y eso genera “malestar a un 10-20 por ciento de la población que suele ser hostil al juego, y no desde un espectro ideológico”, sino tanto desde un “integrismo” religioso como desde el partido que podríamos llamar de “extrema izquierda”.


Llegó el turno de Aitor Uriarte, Director de Juego y Espectáculos del Gobierno Vasco. Comenzó diciendo el regulador del País Vasco que en lo básico la situación no ha cambiado mucho desde el anterior Open Fórum hace dos años, con excepción del aumento de permisos para salones y la bajada del juego en la “calle”.

Destacó dos hitos, 2008 con la aparición del juego online, y 2013-14 con la publicación del Libro Blanco del Juego en Euskadi. Se comprueba para Uriarte que “la sociedad cree que todos los juegos son adictivos”, cuando deberían verlos como un sector normal.

Aunque reconoce que, en relación a las dudas expresadas por Fernando Prats, se comenzó estableciendo distancias mínimas entre salones, después se han centrado en normativas más generales para la salud, la seguridad, la protección a colectivos vulnerables...

Se trata de un sector más proclive, dijo Uriarte, al crimen organizado y al blanqueo, y es necesaria la planificación porque el volumen del mercado es ya suficiente para la demanda y la falta de planificación subiría el nivel de estímulo del consumidor. Hay que determinar la oferta, aclaró, según la accesibilidad y el tamaño de los locales.

El punto más polémico de su discurso fue seguramente su llamada a una mayor “competencia interna” en el sector: “Se puede diferenciar algo la gestión de las diferentes empresas, pero la oferta de cada una de ellas es la misma. Las máquinas son muy parecidas... En muchos casos seguramente le quitas los vinilos de una máquina y se los pones a otra y el resultado es el mismo. Se le ofrece lo mismo al jugador”.


Continuó Álex Echániz de AGUIMAR, que rebatió ese último punto de Uriarte: "Sí existe competencia, la competencia es sana", y es por esa competencia, explicó, que desde el sector piden una planificación: “Soy bastante liberal, no me es muy atractivo los metros entre salones pero sí la planificación”, y detalló algunos puntos sobre los fallos del mercado, ya que el libre mercado ideal “solo funciona en la universidad” o en una realidad poco probable en la que “todos los actores son racionales”. “La administración tiene que hacer políticas contracíclicas”.

Los objetivos de la planificación deben ir por incentivar el sector, no frenarlo, lo que beneficiará a toda la sociedad gracias a los puestos de trabajo, los impuestos y una lucha conjunta contra la ludopatía, a la que describió como una “bala de plata” siempre lista para utilizar contra el sector por sus enemigos.

Parecíamos oír de nuevo el eco del discurso de Prats al principio de la jornada sobre las campañas negativas. “En el sector hay paracaidistas” que hacen daño a todos, porque no merecen la pena las sanciones ni la mala publicidad en relación al dinero que se puede ganar procedente del juego de menores, que además provoca que buenos inversores se alejen y entren en juego otros actores menos responsables.

Echániz destacó que en la hostelería el sector del juego “estamos muy bien vistos”, otro motivo para que no compense seguir perdiendo máquinas.

“La tortuga gana a la liebre”, fue su último mensaje destacado, una metáfora para recalcar la utilidad del juego responsable a largo plazo.

El abogado Bernardo Bandé García Romeu entró en matices, estupendamente bien explicados y resumidos, sobre las últimas cuestiones de conflicto y duda para los empresarios de FEMARA y del sector en general.

Hizo referencia al actual recurso de casación en el Supremo, que debería contribuir a aclarar si hay o no prestación de servicios en las máquinas en hostelería, si es una actividad sujeta a IVA y si es así cómo se haría el cálculo.

La cuenta es muy distinta, detalló con ejemplos, si consideramos que los beneficios provienen de una colaboración organizada ente operador y hostelero o si se trata de una prestación, con factura, etc. La actividad se puede ver como un local que cede espacio para la máquina, pero también como lo contrario, una operadora que cede la máquina al establecimiento de hostelería.

La Dirección General de Tributos y el Tribunal Superior de Justicia han respondido a esta cuestión de formas a veces aparentemente contradictorias, que afectan al sector, explicó, por ejemplo en el complejo tema de los embargos. Con la solución, que se espera para dentro de un año, se dará, diga lo que diga, mayor seguridad jurídica que ahora: “sabremos lo que hay”.