En esta segunda entrega de contenidos especiales con ocasión del quinto aniversario de la entrada en vigor de la Ley 13/2011, de 27 de mayo, vamos a señalar y explicar ocho de las consecuencias que ha traído este proceso de regulación en todo este tiempo.
1) Un régimen sancionador cuestionado
Como ya citamos brevemente en la
cronología publicada ayer en InfoPlay, los primeros días de junio de 2012 vineron marcados por un áspero debate entre varios actores del sector. A pesar de que una nota aclaratoria publicada previamente impedía a los operadores que habían ofrecido servicios de juego bajo sus marcas ".com" el poder colaborar en una migración activa de las cuentas de sus usuarios a sus nuevas ".es", salas cómo PokerStars, 888, William Hill o bwin, no dudaron en lanzar efectivas campañas destinadas a informar de forma explícita cómo convertir sus actuales cuentas de juego .com a .es.
En el fondo esta práctica supuso el éxito de muchos de estos operadores a la hora de seguir manteniendo una importante cuota de mercado tras la puesta en vigor de la Ley de Juego.
La Dirección General de Ordenación de Juego otorgó 10 días a partir de la fecha del inicio de operaciones para aplicar el nuevo régimen sancionador que acompañaba a la Ley de Juego. Si bien esta "moratoria sancionadora" parecía pensada para ser flexibles en caso de que los nuevos operadores regulados aún incumplieran algún aspecto técnico o promocional en sus comunicaciones, lo cierto es que estos diez días fueron clave para realizar las efectivas campañas de comunicación que fueron claves en el arranque del mercado regulado.
2) Los profesionales del poder hacen las maletas
Con un reparto del mercado básicamente centrado en PokerStars (80%) y 888poker (20%), desde un principio se constató que el volumen de jugadores y la competitividad en promociones y premios garantizados en torneos iba a hacer imposible que muchos jugadores que en aquella época se dedicaban profesional o semi-profesionalmente al poker online pudieran seguir con su actividad. Muchos de ellos emigraron y otros tantos abandonaron una afición que gracias al papel de escuelas cómo Educapoker, habían conseguido convertir en su forma principal de conseguir ingresos.
3) Los apostadores profesionales empezaban también "se bajaban del carro"
Ante un nuevo marco fiscal al que hacer frente -que explicaremos más adelante en este mismo artículo- los apostadores profesionales que hasta ese momento operaban en España gracias a la enorme liquidez que ofrecían casas de intercambio como Betfair, veían como el "trading", su forma de asegurarse ganancias de forma regular y a largo plazo, se convertía en una quimera.
Tampoco los apostadores que priorizaban las cuotas atractivas o las "sure bets" (apuestas de valor que se realizan aprovechando las cuotas marcadamente diferentes en distintos operadores para asegurarse beneficios en eventos independientemente del resultado) encontraron la posibilidad de seguir apostando en los nuevos operadores "punto es".
4) Las redes de afiliados y los departamentos de SEO (Posicionamiento en Buscadores)
Las estrategias de marketing que habían llevado a cabo operadores y afiliados consistentes en posicionarse en buscadores como Google por búsquedas relevantes relacionadas con el juego (por ejemplo: jugar blackjack, poker gratis, aprender reglas ruleta...) vieron que la puesta en marcha de la regulación provocó que el posicionamiento orgánico en Google no fuera tan relevante y a cambio los nuevos operadores con licencia para operar en España entraran en una batalla por ocupar las primeras posiciones en las búsquedas promocionadas de Google. Es decir, las campañas de marketing basadas en Google pasaron a depender directamente de invertir en anuncios de pago directamente en Google y no de estar bien posicionados de forma natural.
5) Adiós al sector de la afiliación
Tanto escuelas de poker como blogs, foros o portales de información vieron que los acuerdos mantenidos hasta 2012 con los distintos operadores se rebajaban hasta convertirlos en poco o nada rentables. La reducción de operadores -por aquellos que no habían entrado en el mercado regulado como
Unibet- y los cambios en las estrategias de adquisición de los que quedaron (priorizando la televisión y haciendo desaparecer los departamentos de afiliación) hicieron que muchos afiliados relevantes en cuanto a contenido de calidad, se vieran obligados a reajustar su oferta y convertirla en más modesta.
6) Un goteo incesable de cierre de salas
Desde el inicio del mercado regulado, empezando por el poker -por falta de liquidez- y por el bingo o los concursos -cuyas restricciones legales en cuanto a elementos promocionales los hacen irrelevantes en el sector- una gran cantidad de operadores que habían entrado con optimismo en el sector han ido cerrando o dejando que sus licencias se fueran extinguiendo.
Evidentemente en muchos casos la culpa es de los propios operadores que evidenciaron una estrategia muy poco elaborada a la hora de afrontar los retos que suponía entrar en un mercado competitivo regulado, pero en todo caso, el sector ha presenciado como progresivamente sólo han ido sobreviviendo los operadores líderes de los segmentos cómo poker, bingo o casino; y gracias al enorme mercado de apuestas deportivas, en este segmento se libra una gran batalla en competitividad.
7) Un reglamento definitivo sobre comunicacion y publicidad
Tras 5 años de la aprobación de la Ley 13/2011, de regulación del Juego, hay aún bastantes temas que no se han desarrollado completamente. Entre ellos, el Artículo 7 y su intención de crear una norma reglamentaria que concretara el ámbito de la publicidad, la actividad promocional, y el patrocinio de los operadores. Seguimos con un escenario bastante difuso, marcado por la auto-regulación y por depender de legislaciones que vienen de los diferentes Consejos Audiovisuales autonómicos o el estatal.
Y es que para el estado, los juegos no autorizados o prohibidos no pueden publicitarse; y si están autorizados se requiere a veces una autorización a nivel estatal o autonómico. Ésto deja en el limbo a sectores emergentes y produce bastante inseguridad al poder ver el caso cómo la publicidad de ciertos juegos en redes sociales está permitida simplemente por el hecho de que no están regulados por la Ley de Juego al no utilizar dinero real.
8) Convivir con la fiscalidad
Pagar impuestos es parte importante de nuestras vidas. Y cada vez más. Y en este sector... aún más. Es evidente que los operadores -y proveedores de software- han tenido que hacer frente a costosísimas licencias y algunos de ellos incluso a pagar impuestos retroactivos para poder operar en el mercado regulado. Pero son los jugadores los que han visto como la fiscalidad se convertía en un escollo insalvable en caso de pretender dedicarse profesionalmente a juegos cóoo el poker o las apuestas deportivas.
Recordemos que la Ley de IRPF tuvo que ser modificada para que se permitiera restar a las ganancias las pérdidas con el límite de la propia ganancia (por ejemplo si ganamos 2.000 euros en un torneo de poker pero perdemos 1.600 en la suma de entradas de torneos, se declararían solo 400 euros mientras que anteriormente y según la Ley Original se declaraban los 2.000 euros).
LEER LA PRIMERA PARTE: 2012-2017: CRONOLOGÍA DE LOS HITOS DE LA REGULACIÓN DEL JUEGO ONLINE
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