Hoy queremos hablarles de Barrière, que también arroja algunas dudas razonables para la prensa y la opinión pública.
El millonario y presidente del grupo Lucien Barrière, Dominique Desseigne, heredó su fortuna al enviudar de su mujer, Diane Barrière-Desseigne, que a su vez sucedió a su padre adoptivo Lucien Barrière y falleció a los 38 años en un accidente de avión.
También a través de la difunta Diane se estableció la relación entre Dominique y la familia Sarkozy, ya que la amistad entre ella y la primera mujer de Nicolas Sarkozy, Cécilia (de soltera Cécilia Ciganer, ahora Cécilia Attias), empezó hace mucho tiempo. Eran amigas desde la infancia. Los lazos perduran y han crecido mucho en importancia: se ha informado de que sus maridos, Nicolas y Dominique, hablan hoy casi cada día, a pesar de que ahora lleven su amistad con más discreción.
El problema es que, más que una ventaja, ese contacto en la cumbre puede dar mala imagen a la empresa del juego, con Sarkozy juzgado por corrupción y tráfico de influencias en un gran tribunal, por haber promovido al magistrado Gilbert Azibert a cambio de favores relacionados entre otros con el affaire Bettencourt, por financiación ilegal de la campaña de 2007 (entre otras cosas por la aportación de más de cinco millones de dólares del dictador Gadafi) y aún algunos asuntos más.
Un dato conocido que los une es la famosa y polémica celebración llena de lujo de la victoria del presidente en 2007, que se hizo en el restaurante Fouquet, propiedad del grupo Barrière. La velada se criticó mucho por posibles conflictos de intereses y porque el lugar es símbolo para algunos de derroche y frivolidad. Asistieron aquel día personalidades de Prada-Francia; de LVMH, gran marca del lujo francés; de Havas, la gran empresa de comunicación y Dominique Desseigne, nuestro protagonista de hoy.
Le Monde llegó a publicar que la relación con Sarkozy puede explicar en parte el lugar que ocupa la empresa del juego en el país: Barrière es la más poderosa del sector al otro lado de los Pirineos. La unión entre los dos focos de influencia ha sido tema de varios reportajes en televisión. Desde AraAndorra citan como ejemplo importante “Amor, dramas y casinos”, dentro del programa ‘Complément d’Enquëte’, prestigioso programa de investigación de actualidad de France 2.
Dominique (no se pierdan: seguimos hablando del dueño actual del grupo Barrière), es mucho más conocido por asuntos personales que aparecieron en la prensa del corazón: tras negarse, fue obligado a hacerse la prueba de paternidad, que resultó positiva, de la hija de Rachida Dati, que fue ministra de Justicia durante el mandato de Sarkozy y a la que empezó a pagarle, tras sentencia del Tribunal de Versalles, 2.500 euros de pensión. El embarazo de Dati fue muy mediático y llegó a barajarse el nombre de José María Aznar como posible padre.
Diane, la fallecida mujer de Dominique, también tiene algún punto oscuro en su biografía: fue acusada en 1997 de abuso de la propiedad, ocultación de datos, abuso de mayorías y presentación de balances falsos: cuando murió su padre buscó evitar el pago de parte de los impuestos de sucesión con una operación financiera a favor del empresario Jean-Marc Oury.
¿Superarán los méritos de la gran empresa del juego Barrière estos contactos informales tan analizados por los medios?
Lo veremos, quizá, muy pronto. Además de Barrière siguen en la carrera, al menos por lo que se sabe públicamente, Cirsa, PVG, Partouche, Novomatic, Casinos de Austria, Genting y Raineau.
Hagan juego, señores.