Esta semana es MERKUR DOSNIHA quien se asoma al blog de CLUB DE CONVERGENTES para ofrecern su opinión sobre medios de pago alternativos, su desarrollo en el corto y medio plazo, y su inevitable relación con la evolución que se producirá a nivel generalizado y para todos los ámbitos económicos, prestando especial atención a la perspectiva del usuario final. Merkur Dosniha realiza una sagaz reflexión sobre la relación y la experiencia sensitiva entre el dínero físico y el cliente.
Así lo argumentan:
Desde Merkur Dosniha queremos mostrar nuestro punto de vista respecto a los métodos de pago distintos a la tradicional transacción en moneda de curso legal en un escenario próximo y factible a cortomedio plazo, ya que a largo plazo el Estado será quien defina el papel del dinero en nuestra sociedad.
Las razones para la incorporación en el mercado de nuevos métodos de pago ya han sido descritas en los documentos aportados al foro. Pero principalmente a día de hoy podemos hablar de un incremento de la seguridad y control del manejo de efectivo, así como un uso más eficiente del dinero. Desde el punto de vista del usuario, ninguna de estas ventajas aporta nada de manera directa a la experiencia de juego. Esta perspectiva del usuario final es la que debe considerarse y la que hace que todavía hoy se sea reticente a eliminar el sonido de las monedas chocando con las bandejas durante un pago. Los billetes han tomado mayor importancia en las salas de juegos, mayores premios, pagos manuales y dispensadores así lo han posibilitado. Poco a poco habrá situaciones que darán lugar a la integración de los nuevos métodos de pago.
Exponemos una serie de consideraciones, para su reflexión, al respecto de la incorporación hoy,de los nuevos métodos de pago en una sala de juegos.
Coexistencia.
Nos referimos a la coexistencia con el entorno actual. Como podría ser la convivencia con el dinero en efectivo, con las normativas actuales, con las máquinas ya instaladas, etc. Todo ello puede llevar a situaciones y características excepcionales y rocambolescas para su aplicación, pero en principio transitorias. Un ejemplo podría ser utilizar TITO solamente para cantidades elevadas como los pagos manuales, con el único propósito de que el usuario se familiarice con el sistema. Coexistir, significa en principio encarecer, porque hay que soportar y mantener simultáneamente dos sistemas de pago con dos tipos de recaudaciones. Pero si no existe una obligatoriedad por parte del estado, el usuario solamente utilizará los nuevos métodos de pago en tanto en cuanto signifique una comodidad para él respecto a la interacción actual con las máquinas.
Relación Jugador-Dinero.
Están claras las relaciones de la juventud con las nuevas tecnologías, lo cual define una relación jugador dinero que requerirá una actualización de los métodos de pago de las máquinas de juego. Pero hay que tener en cuenta la relación con el dinero de los usuarios en todos los ámbitos, laboral, social, de ocio, etc. y por supuesto la relación con el dinero a la hora de jugar, esa relación está dominada por la inmediatez del dinero físico. Hay que plantearse qué es lo que va a hacer que un usuario se desplace a un centro de ocio, como un salón de juegos, cuando pueda disfrutar de experiencias de juego iguales desde su móvil, ordenador, televisor, etc.
La anonimidad del dinero.
Hoy en día, en el sector del juego terrestre, todas las transacciones de dinero “Jugador‑Maquina‑Jugador” son anónimas. Todas las consecuencias que ello conlleva deben mantenerse si se pretende una incorporación de los métodos de pago a corto plazo. Existe una gran variedad de legislaciones de obligada aplicación sobre transferencias de dinero a un individuo identificable.
Visión actual:
Integraciones totales de una Sala de juegos con TITO o Cashless, están disponibles desde el punto de vista tecnológico en la actualidad. Pero la cautela de los operadores prevalece.
El protocolo SAS 6.02, extensamente utilizado en casinos de todo el mundo, parece que puede llegar a ser un estándar de facto en nuestro mercado, y facilitará los problemas de integración que surjan en las salas, ya que los sistemas tendrán que “coexistir”, no solamente con el efectivo, sino también adaptarse a máquinas sin protocolo.
Es difícil forzar a los usuarios al cambio de determinadas rutinas, pero sí se pueden facilitar otras que abrirán el camino. El usuario solamente cambiará o bien por obligación o bien por contrapartida. Mientras el usuario tenga la opción habitual y el nuevo método de pago no le aporte nada extra, será difícil el cambio de hábito.
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