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ENTREVISTA EXCLUSIVA
"Hay en trámite regulaciones autonómicas que reflejan un número máximo de máquinas y que a la vez dan libertad absoluta a la instalación de terminales de SELAE y ONCE"

 
El pasado 16 de noviembre se llevó a cabo la 3ª Edición del estudio Juego y Sociedad y la XI Edición del Anuario del Juego en España. Fue presentada por Alejandro Landaluce, director general del Consejo empresarial del juego CeJuego, quien comentó los últimos datos de la evolución del sector del juego tras la pandemia. Hemos podido hablar con él en una entrevista exclusiva que ofrecemos a continuación. 
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1. ¿Existe un problema en el consumo de juego en España? La jefa del servicio de Psiquiatría y responsable de la unidad de Ludopatía del Hospital Ramón y Cajal, Angela Ibañez, ha subrayado que el 2,5% de la población española tiene problemas con el juego, y el 1% trastornos de ludopatía, es decir medio millón de personas. En menores, el porcentaje de chavales con problemas es mayor, entre el 2,5% y el 5% en la mayoría de los estudios. ¿Qué tiene que aportar con respecto a estas afirmaciones?

En palabras del Director General de Ordenación del Juego, Mikel Arana, "hay que decir que la inmensa mayoría de la gente que juega lo hace como una actividad de ocio y no le supone ningún problema de salud. Las ludopatías no tienen porcentajes que en este momento supongan como tal un problema de salud pública". Y tenemos que reconocer que está en lo cierto.

Recientemente, hemos presentado el informe Juego y Sociedad, destinado a dar a conocer los hábitos de consumo del juego en la sociedad española. Los datos, en línea con los mostrados en el último informe de Adicciones Comportamentales del Ministerio de Sanidad demuestran que efectivamente el juego en España no supone un problema de salud pública, tal y como ciertas personas están interesadas en proclamar. Hay que ser rigurosos en cómo se manejan los estudios. 

Los estudios que se realizan están basados en la encuesta DS,-V o en la Lie/bet, que fijan una serie de preguntas a realizar a los encuestados y dependiendo de sus respuestas los catalogan en relación con su comportamiento con el juego.

Por ejemplo, en el estudio del Ministerio de Sanidad, realizada la encuesta en una población de 15 a 64 años (es decir, la base de referencia son 35.000.000 de personas y no la totalidad de españoles, lógico si pensamos en niños de 1,2...13 años), y siguiendo el DSM-V, se realizan 10 preguntas: 

Solo si contestas todo el cuestionario y sacas un 0 estarás exento de cualquier riesgo con el juego. La persona que alcanza una puntuación 1-3 en la escala DSM-V, se le clasifica como posible juego problemático, y si la puntuación supera los 4 se habla de posible trastorno de juego. En este último rango se establecen tres diferencias; entre 4 y 5, riesgo bajo de posible trastorno de juego; entre 6 y 7, riesgo medio de posible trastorno de juego; y entre 8 y 9, riesgo alto de posible trastorno de juego. En todos los estudios anteriores que siguen el DSM-V tradicionalmente, se ha considerado solo el rango 8-9 el de riesgo alto de posible trastorno de juego, es decir, como un problema de desarrollo de ludopatía.

El porcentaje de cada uno de estos campos se ha ido manteniendo en el tiempo de forma estable desde hace años, pero lo que ocurre ahora es que como los de riesgo alto son un 0,3%, y no debe parecerles una cifra muy alarmante, suman a todos los que contestan más de 0. Incluso esta cifra, que es del 2,2%, ha bajado con respecto al anterior estudio, que era el 2,6%. Y luego mezclan los resultados para confundir: cuando dicen que hay un 1% con problemas de ludopatía, es decir, medio millón de personas, faltan a la verdad: "mezclan churras con merinas". Me explico, según el informe del Ministerio de Sanidad, el 93,3% de la población entre 15-64 años no ha jugado nunca en los últimos doce meses, y solo lo han hecho un 6,7%. En la tabla 27 del estudio se indica que de la población total el índice de trastorno del juego (entre 4 y 9) es del 0,6%, y de los que han jugado en los últimos doce meses un 1%, es decir, 23.450 personas y no medio millón.

Como bien decía Mikel Arana, hay que tener claro que el juego en España está prohibido para los menores de 18 años y todos estamos comprometidos para asegurar que los menores no jueguen. Toda acción destinada a la prevención es bienvenida por parte del sector. Quienes deberían hacer lo mismo son SELAE y ONCE. Sus juegos son los más practicados entre menores de edad, sobre todo la lotería, primitiva y bonoloto (48,6%), rascas (40,7%) y quinielas (32,5%). También sucede que entre la población de entre 15 y 64 años son los que más practicados entre aquellos que pueden sufrir juego problemático según el Informe Adicciones Comportamentales y la infografía que elaboramos recientemente. 

Respecto a los menores de edad, desde el sector del juego privado presencial existe un estricto control de acceso en las entradas de los establecimientos. Los datos de inspecciones demuestran su eficacia, veáse la Operación Arcade de 2019 y las inspecciones en diversas comunidades autónomas. A fecha de hoy, pese a las miles de inspecciones realizadas, no existen expedientes sobre menores en establecimientos de juego en La Rioja, Galicia, Andalucía, Navarra, Extremadura, Asturias, Madrid y Cantabria. 

Asimismo, la encuesta europea sobre Alcohol y otras Drogas de 2019, el útlimo disponible, permite concluir que los estudiantes españoles tienen menos problemas que la media europa y juegan menos. 

2. ¿Está de acuerdo con la afirmación de que "hay que acabar con los beneficios regulatorios de SELAE y ONCE?

SELAE, ONCE y las empresas privadas ofrecen la misma actividad. Los dos primeros también son los más practicados por la sociedad española según datos de las administraciones públicas. Desde el sector solamente pedimos que las mismas medidas de prevención que se nos exigen por ley y cumplimos de manera escrupulosa también se haga con el resto de los operadores públicos. Si queremos prevenir esta actividad en los colectivos vulnerables, estos son, menores y personas que puedan sufrir problemas, es responsabilidad de todos tomar las medidas pertinentes. 

3. ¿Qué le parece la última campaña lanzada por el Ministerio de Consumo?


Ha sucedido otra vez que han dejado de lado al 48,5% de los jugadores de SELAE y ONCE. La infografía que elaboramos muestra cómo el informe de Adicciones Comportamentales afirma que son sus juegos son los más practicados y los que más posibilidad de juego problemático tienen.

Toda campaña de prevención es siempre bienvenida, pero que se tome en cuenta a todos, no solo a las empresas privadas. 

4. Usted que tiene relación constante con las administraciones, ¿cuál es la percepción de los reguladores autónomicos (los que tienen competencias en juego presencial) con respecto al juego?


Sucede que, cuando hay apertura al diálogo y a un mayor conocimiento por ambas tardes, podemos llegar a acuerdos. Se han aprobado recientemente leyes, como la Rioja, Navarra o Castilla-La Mancha. También tenemos en tramitación leyes que afectan directamente a la actividad en Aragón, Galicia, Cataluña, Valencia, Madrid y Castilla y León.

Hay diferencias, pero en términos generales los reguladores perciben una realidad distinta a la vemos a través de los medios de comunicación y los distintos debates parlamentarios. No pedimos que les guste nuestra actividad ni queremos que se olviden de los afectados, pero deben recordar que la inmensa mayoría de la población, casi 30 millones de personas, no tiene problemas con el juego. Cuando hay diálogo por ambas tardes, llegamos a acuerdos que son buenos para el interés general. 

A todos ellos siempre les pedimos que los trastornos de adicciones comportamentales se aborden con un trato individualizado, con protocolos elaborados por expertos y entiendo la realidad de cada persona. Son factores multicausales este tipo de trastornos. Por eso, la restricción general de la oferta no será eficaz para llegar a ellos. En el 85% de los que sufren algún problema con el juego vemos cómo es proveniente de otros factores como la ansiedad, la depresión o problemas familiares, por citar algunos.

5. ¿Qué le parece los intentos de la ONCE de incluir sus terminales de juego en espacios del juego privado (bares, salones, bingos)?


Otra vez asistimos a la asimetría entre ambos juegos. Si se pretende reformar la ley para adecuarla a nuestros tiempos y reforzar los controles, ¿por qué no se tiene en cuenta al resto de operaciones? En la exposición de motivos de varias leyes autonómicas se alega a esa mayor protección para justificar la reforma. Este trato por separado echa por tierra las buenas intenciones. Nosotros necesitamos autorización y lo aceptamos. Lo más lógico sería que ellos también necesiten. Hay en trámite regulaciones autonómicas que reflejan un número máximo de máquinas, salones, bingos, etc., y que a la vez dan libertad absoluta a al instalación de terminales de SELAE y de la ONCE de productos competencia de los nuestros, pero sin control alguno sobre el juego por la comunidad autónoma. Es decir, por poner un ejemplo, una máquina en un bar que tiene una regulación exhaustiva, en cuanto al premio máximo, precio de la partida, tiempo de juego, etc., estaría situada al lado de un terminal sin control alguno de la CCAA, con premios y precios de partida sin límite. No tiene sentido alguno.

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