De las tres modalidades de los dos canales, destacó: hay que tener en cuenta que las electrónicas tienen ya una importancia de un poco más del 13,5%, y menos del 36,5% el cartón. Pero el peso de este sigue siendo de un 93,5%: devuelve menos premios, pero paga más impuestos.
El bingo electrónico está en crecimiento, cifras normales al estar en su fase de introducción. 24,8% en el último año, por la apertura de nuevos mercados. En el caso del bingo online es distinto, ha crecido un 200% en los últimos cinco años, y ello se debe más al marketing y al incremento de publicidad en medios masivos, sobre todo en televisión. Ahora está entrando en tasas de crecimiento normales.
El bingo en papel, desde 2003 hasta el principio de la crisis, ya estaba en bajada, pero bajó más a raíz de la ley del Tabaco, con la que Matamoros se declaró, en cuanto a su “filosofía”, de acuerdo, con una salvedad importante para el sector: en los bingos, que tenían perfectamente la capacidad de separar las zonas de fumadores de las de no fumadores, la regulación no era necesaria tal como se planteó, provocando una caída para la que el único paracaídas útil ese año fue, en Madrid (aproximadamente un 20% del negocio total), la primera racionalización del esquema tributario de la Comunidad, que hizo que allí las cifras cayeran bastante menos que la media nacional.
A la salida de la crisis, en 2014, el PIB per capita empieza a crecer acercándose al anterior a la crisis, y en 2017 supera por primera vez el de 2008. El bingo empieza a recuperarse, afectado por el crecimiento de la demanda interior, pero podemos ver, examinando los últimos trimestres de 2016 y los primeros de 2017, que entra en recesión. “En un producto libre como es el bingo, o hay transformaciones serias o el bingo desaparece”, motivando que muchos se puedan plantear que la única solución es “desinvertir y salir del sector”.
El PIB per capita crece como mínimo el 5% estos años, mientras que el bingo no lo hace, “el gap entre la caída del bingo y el crecimiento de la economía es de escalofrío”, recalcó Matamoros.
En los gráficos por CCAA, pudimos ver que Madrid, Cataluña, Valencia y Andalucía suponen alrededor de un 75% del sector. Las cifras de ventas menguan en general. La que menos vende en cifras absolutas es La Rioja, pero en relativas son 55,5 euros en ventas por habitante en Madrid, 38 euros en La Rioja, estando esta última cifra en la media nacional. La excepción más rara es Castilla la Mancha, que no llega a los 8 euros por habitante.
En Madrid hay “afortunadamente” unas 46 salas. Los datos, insistió el Secretario Técnico de OMEGA, son aproximados porque es un momento de crecimiento y abren nuevas salas que pueden no estar contabilizadas. “Es un mercado en crecimiento por primera vez en 30 años. Yo mismo llevo 21 años más o menos” y “conocí Madrid con 103 salas. Eso es lo que queda del sector”.
Se suscitan, dijo, “cuestiones espinosas”, como el riesgo de homogeneización, pues las máquinas requieren cierta uniformidad que hace que todas las Comunidades se parezcan. En Valencia hay casi el doble de salas por habitante que la media nacional, y se ofrece más o menos lo mismo para un mercado muy distinto al de Madrid, por ejemplo: la venta por sala es de unos 8,2 millones en Madrid y de 4,8 millones en Valencia, pero esta ha mantenido muchas más salas, con una estructura de costes fijos inferior, que configura un modelo distinto.
A Matamoros esas diferencias le parecen buena noticia, “para eso son distintas las comunidades autónomas”, pero claro, ironizó, “hacemos mal en inventar la pólvora”: cuando hay una buena fórmula se copia.
El último año, dijo, la situación es mejor en España en general, con comportamientos muy heterogéneos, gracias a que “los empresarios y los reguladores se mueven”. En Andalucía se subió un 7,8%; en La Rioja, con el bingo mixto, el crecimiento el último trimestre es del 10%...
En cuanto a la relación entre impuestos sobre el juego y premios, en el bingo electrónico son de media de un 21,7%, el bingo online 25% y va a caer varios puntos con los nuevos Presupuestos Generales del Estado.
Otra gráfica que mostró con especial interés es la del comportamiento de la venta del bingo, a la que aplicó informalmente la famosa ley de la termodinámica de que “la energía ni se crea ni se destruye, se transforma”. El esquema se mantiene mejorando el producto a pesar de la caída de más de un 50% en ventas y en salas, gracias a los empresarios, y ahora hay que completar esa transformación.
Al final abogó por los cambios necesarios en su criterio: medios, mejora de producto y un aumento de la venta.