En InfoPlay publicamos la exclusiva del dineral que ha destinado SELAE de fondos públicos para la compra de nuevos Terminales. Son 68 millones de euros en Terminales que por lo que hemos sabido, también gracias a la exclusiva de ayer de InfoPlay, estarán destinados al terminal que tienen intención de colocar en todo aquel local que concierte con SELAE u ONCE. También bares, salones, bingos y casinos donde podrán competir con los mimos juegos siempre y cuando lo permitan la Comunidad.
Para vender cualquier tipo de Loterías no habrá problema. El tema ahora será determinar cómo son esas Loterías. Ya sabemos que la Generalitat pondrá en circulación en otoño un Rasca online, toda una Slot encubierta como ya publicamos también en Primicia en InfoPlay en la que se pueden hacer apuestas de 6€ cada pocos segundos y que la Asociación de Ludópatas de Cataluña está frenando.
Esta tesitura de competencia feroz que se avecina ante el panorama de que se comiencen a colocar terminales porque sí, está pillando por sorpresa a muchos fabricantes, menos algunos que ya están dotados de la herramienta capaz de hacer frente a la inversión Terminal.
R Franco ha comprado todo un edificio (exclusiva de ayer de InfoPlay) para desarrollar la tecnología de las plataformas de Mediatech y no va mal desencaminado Pedro Melendo y Ruben Loeches al potenciar esta línea de producto. eBingo son los que ya se anticiparon hace años con sus terminales que todos quisieron frenar cuando ahora se demuestra que es el futuro. El que haya invertido aquí lo tendrá más fácil.
Todos sabemos que en otra Comunidad Autónoma los Operadores ya se están armando de sus propios Terminales con juegos de un fabricante otrora nacional que pondrán en bares con la bendición del regulador de turno y muy espabilados que han sido.
Cuando aquí todavía nos estamos preguntando si Apuestas en bares sí o no, hay otros que saltan por encima, nos miran muertos de risa mientras nos miramos el ombligo del proteccionismo y colocan como setas unos terminales de bingo, póquer o slots.
Correrá el desprestigio y la humillación cuando el primero de esos terminales se coloque en un Salón. ¿Cómo será para el cliente enfrentarse a dos productos, uno proveniente del aparato estatal con el prestigio y confianza que se han trabajado y otro del desprestigiado sector público? ¿Habremos llegado entonces a una igualdad en las promociones y publicidad de ambos sectores, el público y el privado? ¿Las Administraciones de Lotería sufrirán competencia desleal cómo ya sufren los vendedores de la ONCE? Cuántas intrigas por resolver y cuanto trabajo para nuestro aparataje sectorial.