La Audiencia Nacional ha resuelto en contra de la planificación de Salones a 800m en la Comunidad Valenciana sosteniéndose en argumentos gubernamentales provenientes de la Ley de Unidad de Mercado y de la Dirección General de Ordenación del Juego . Dato insoslayable, sin duda.
El hecho de la explosión de este subsector requerirá de mucha inteligencia para abordar su supremacía con tiento y sin aspavientos. Pero, además, tendrá que lidiar con la intervención gubernamental en este sentido: La planificación es contraria a la Ley de Unidad de Mercado… (Por cierto, veremos, ante este panorama, con qué celeridad se aborda el inicio de las modificaciones de los Decretos respectivos).
Si la planificación se vuelve más difícil y la proliferación de locales comienza a ser arma arrojadiza de nuevos partidos políticos hay que moverse con más inteligencia y responsabilidad si cabe. Y sobre todo con más comunicación en positivo. Normalizar de una vez el subsector sería lo más adecuado y, sobre todo, suavizar el discurso una vez que el daño está hecho al haber sufrido en las carnes del presencial la sobreexposición publicitaria del online.
Pero volvamos por un lado, a la sentencia de la Audiencia Nacional que se manifiesta en contra de establecer distancias mínimas y, por otro, en una peligrosa sobreactuación estatal en el sentido de argumentar una alarma social que motive actuaciones de rango superior.
Estamos ante el contexto de una progresiva y creciente oferta del juego público con nuevas modalidades tecnológicas que están llamando a las puertas de locales de competencias autonómicas que probablemente no tendrían nada que objetar en caso de tratarse de juegos reservados. Y estamos ante un juego público magníficamente aceptado por la sociedad frente al chorreo mediático de informaciones negativas referidas a nuestra industria privada, presencial y online, y basada en estudios provenientes de Ministerios, Ayuntamientos, … y que cada día proliferan en prensa.
Desde que el Ministerio de Sanidad tiene competencias para abordar el Juego como adicción sin sustancia y en pleno despegue de nuevas formas de juego público, la veda y la oportunidad del intervencionismo estatal está despejada y clara.
Ante esto es hora de trabajar juntos, tender puentes por un desarrollo del negocio sostenible en cooperación siempre con las Administraciones autonómicas y de los colegas profesionales de todos nuestros subsectores.