En primer lugar,
Carlos Toledo Rosell hace una retrospectiva de la legalización de las apuestas y afirma:
“Ha sido la gasolina que ha derivado el incendio, todos entendimos (empresarios, gobernantes) que la legalización de las apuestas era imprescindible” pues no solamente se trataba de una competencia desleal, sino que no ofrecía garantías al consumidor y no pagaban impuestos.
Seguidamente, explica cómo en su momento
“alabábamos la buena reputación que tenían las apuestas y entendimos que el asociarnos a este tipo de productos, iba a venir muy bien para el sector, traería gente nueva a los salones que estaban en crisis, a los bingos e incluso a muchas comunidades a los bares; y, así fue, supuso un impulso para la industria, dinamizó el sector, animó a los empresarios, generamos más empleo, generamos más impuestos”.
En contraparte de este panorama,
Toledo Rosell explica que se produjo un cambio vertiginoso y se provocaron diversos sentimientos con respecto al sector. Al respecto, afirma que esto ha sido quizás porque
“no supimos valorar que se estaba produciendo un cambio, que había un desequilibrio y como industria fracasamos en manejarlo”.
Del mismo modo, asegura que las legítimas ambiciones empresariales los han llevado a cometer imprudencias que han tenido como resultado que hoy sean considerados como un enemigo que busca
“devorar a los más desfavorecidos de la sociedad”.
Sobre la actualidad del sector, afirma que aunque
“se están haciendo muchas acciones válidas y lógicas, seguimos sin dar con la tecla”. En este sentido, resalta el tono político anti juego que incluso
“ha llegado a atacar, con incongruencia, al sector de hostelería que ha estado 40 años conviviendo con los bares y además está sufriendo una terrible crisis con la reconversión del modelo de bar de España”.
También ha sido muy claro al explicar que en cualquier industria hay externalidades negativas y como sector conocen perfectamente las suyas,
“pero también somos consciente de estas no son lo suficientemente importantes para el “bombo” y el ruido que se está haciendo con nuestra actividad. Podemos hacer un listado de industrias que generan más externalidades individuales, colectivas y, sobre todo, menos reversibles que las que genera este sector”.
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