La crisis causada por el coronavirus ha originado cierres en todos los sectores económicos; y, el juego, no es la excepción. En este sentido, si bien son muchas las historias a lo largo y ancho de la geografía española, nos hacemos eco de un especial dedicado a Joker, un mítico salón recreativo de Valladolid que sucumbe ante los avances tecnológicos y un confinamiento muy prolongado.
Después de 33 años de trabajo, entretener a generaciones y ser parte de la historia de la evolución de los videojuegos, el local de Joker está ahora en alquiler.
José Rivero, fundador de Joker, hace una retrospectiva y se refiere a las máquinas de su salón:
“Al principio eran una maravilla, algo que llamaba a todos la atención”, y explica que Pong, un juego sencillo compuesto por “dos rayitas y una pelota”, revolucionó el mercado pues “todo el mundo quería jugar”. Después llegarán las máquinas de simulación, que permitían experiencias más reales. Y, finalmente, reinarían un invento español: el futbolín
Por otro lado, Rivero aprovecha para explicar que, si bien cualquier móvil puede tener más juegos que 5 máquinas antiguas, “estas tienen el encanto de que son lo original”.
Este tipo de experiencias, serían determinantes para el establecimiento de relaciones cercanas entre Rivero y los usuarios de su local, hasta el punto asistir a las bodas de algunos de ellos.
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TRIBUNA VALLADOLID
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